Para ella el acto sosegado
los poros sabios
el sexo inocentón
la espera no muy lenta
los lamentos no demasiado largos
la ausencia al servicio de la presencia
los pocos jirones de azul en la cabeza
las punzadas al fin muertas del corazón
toda la gracia tardía de una lluvia que cesa
con la caída de una noche de Agosto.
Para ella vacía
él puro
de amor.
Samuel Beckett