CafePoetas es un Blog sin animo de lucro donde se rinde homenaje a poetas de ayer, hoy y siempre.

27 de abril de 2024

ANTES DEL INVIERNO






Este es mi tiempo, el otoñal, el último.
Ataré mi caballo del tronco de algún árbol
en el lindero de la selva oscura
y me extraviaré por los campos que huelen
a lentas flores tristes, a frases muy maduras,
a hierbas marchitadas por la helada nocturna.

Podré escuchar al grillo que intermitentemente,
solitario, afligido, guarda su violín.
Golondrinas, halcones y grullas se marcharon,
ya no hay más resplandor que el de la estrella
de la tarde, en el cielo como un lar apagado.

La alta cima, de un día a otro, estará nevada,
y yo, cerca del fuego, en mi retiro,
me pondré mi zamarra de piel, amortajando
en los recuerdos el hogar del alma.

Cual si perteneciera a la edad de la piedra,
tanto se amontonaron, con los años que pasan,
tristezas, aventuras y residuos de sueños.
Este es mi tiempo, el otoñal, el último.

El lago está más claro, pero más fría la onda.
y la hoja verde, enrojecida, gualda,
se balancea y cae como antes lo hacía.
Voluptuoso juego este de ir al descenso
en los racimos de uvas que han guardado la fuerza
y la miel de la tierra en su granos pesados.

Se canta en los lagares y cuán hermosas son
las mujeres que hacen la vendimia riendo.
Sobre el lago azulado el viento se estremece
y un inquieto temblor se extiende por las aguas
como el que al primer beso aparece en los ojos
cuando al prender la fina cintura de la amada
se siente que el gran Eras te ha vencido.

¿Todavía el otoño tiene tales encantos
cuando ves en las cumbres la nieve deslumbrante?
¡Ah!, el otoño, el otoño es aún mucho más rico,
más denso de secretos y también más profundo,
con días cual lagartos que pasean al sol,
noches de terciopelo y brillantes estrellas
que parecen aún más altas y lejanas
de este globo terrestre, cuya pequeña barca
gira rápidamente alrededor del sol,
al tiempo que nosotros, entre tantos aromas,
somos, presos del vértigo y locos de entusiasmo,
como niños que montan caballos 'de madera.

Pronto de todos modos va a descender la noche
y hacia las casas vamos llorosos, pues los padres
-o el destino- nos tienen prohibido
dar vueltas en la feria también después de muertos.

Otoño, otoño, ay, mi estación bien amada,
cuánto, cuánto te quise, pero ya envejecí
y si en los caballitos de madera
no puedo montar más, es ciertamente signo
de que les llegó a otros el turno y la ocasión
de que el gran torbellino los lleve en su locura.

Mihai Beniuc

26 de abril de 2024

LOS FORMALES Y EL FRIO







Quién iba a prever que el amor ese informal
se dedicara a ellos tan formales.

Mientras almorzaban por primera vez
ella muy lenta y él no tanto
y hablaban con sospechosa objetividad
de grandes temas en dos volúmenes
su sonrisa la de ella
era como un augurio o una fábula
su mirada la de él tomaba nota
de cómo eran sus ojos los de ella
pero sus palabras las de él
no se enteraban de esa dulce encuesta.

Como siempre o casi siempre
la política condujo a la cultura
así que por la noche concurrieron al teatro
sin tocarse una uña o un ojal
ni siquiera una hebilla o una manga
y como a la salida hacía bastante frío
y ella no tenía medias
sólo sandalias por las que asomaban
unos dedos muy blancos e indefensos
fue preciso meterse en un boliche
y ya que el mozo demoraba tanto
ellos optaron por la confidencia
extra seca y sin hielo por favor.

Cuando llegaron a su casa la de ella
ya el frío estaba en sus labios los de él
de modo que ella fábula y augurio
le dio refugio y café instantáneos.

Una hora apenas de biografía y nostalgias
hasta que al fin sobrevino un silencio
como se sabe en estos casos es bravo
decir algo que realmente no sobre.

El probó sólo falta que me quede a dormir
y ella probó por qué no te quedás
y él no me lo digas dos veces
y ella bueno por qué no te quedás.

De manera que él se quedó en principio
a besar sin usura sus pies frío los de ella
después ella besó sus labios los de él
que a esa altura ya no estaban tan frío
y sucesivamente así
mientras los grandes temas
dormían el sueño que ellos no durmieron.

Mario Benedetti

LAS LLAVES

 




He llegado a ser tu caja de caudales,
tu caja de secretas cerraduras,
y me has llenado de años,
moneda a moneda.

Ábreme, tiempo,
toma tus años,
todos,
o al menos algunos,
los últimos,
algunas decenas.

Yo te ofrezco a cambio
la plata de mis sienes,
las ricas pinturas
sobre los muros de mi alma,
mis sufrimientos
petrificados como en Pompeya,
bajo la lava, bajo las cenizas ardientes
de mi corazón,
las estatuas de mármol
-recuerdos de mujeres amadas-.

Yo te hago el don
de Castalia,
de mis lágrimas no lloradas,
y de todo,
a cambio de algunas docenas de años
que tú me has confiado,
y yo te ruego
de rodillas
que me los tomes de nuevo...

¿Por qué este silencio?
Parece como si no escuchases nada,
ni siquiera me miras...
En definitiva, esos años son los tuyos,
no los quiero;
tú me conoces, no soy un usurero,
no me gustan las riquezas.
¿Odié a los ricos
por ser yo
tan rico....

Abre,
vuelve a tomar los años,
vete, no te pido ningún alquiler,
aunque los haya alojado
en mi carne...
Tiempo, ¿estarás sordo?
¿Ya no comprendes el rumano?
No finjas, yo tengo bastante
con ser el depositario
de los centavos
de los años...

¿Pensaste que no los iba
a contar?
Pues bien, no. Al principio,
cuando todo me parecía
una burla, sí;
hoy estoy harto,
tus años pesan cada vez más,
su metal es cada día más sombrío,
su canto dentado hiere,
el águila tiene el aire de una fiera,
con cabeza de muerto.

No quiero nada más.
Me pongo de rodillas,
beso los bordes de tu eternidad,
me humillo ante ti:
no me abandones,
vuelve a tomar tus años,
no me hagas levantar la voz,
escúchame,
¡ábreme!

¡ Ah, miserable,
has perdido las llaves!

Mihai Beniuc

25 de abril de 2024

INTIMIDAD






Soñamos juntos
juntos despertamos
el tiempo hace o deshace
mientras tanto.

No le importan tu sueño
ni mi sueño
somos torpes
o demasiado cautos.

Pensamos que no cae
esa gaviota
creemos que es eterno
este conjuro
que la batalla es nuestra
o de ninguno.

Juntos vivimos
sucumbimos juntos
pero esa destrucción
es una broma
un detalle una ráfaga.

Un vestigio
y un abrirse y cerrarse
el paraíso.

Ya nuestra intimidad
es tan inmensa
que la muerte la esconde
en su vacío.

Quiero que me relates
el duelo que te callas.

Por mi parte te ofrezco
mi última confianza.

Estás sola
estoy solo
pero a veces
puede la soledad
ser
una llama.

Mario Benedetti

LA HUIDA






Ten cuidado, no pierdas un instante,
el más terrible perseguidor
de ti eres tú mismo.

Huye, huye, huye de ti, huye con todas tus fuerzas
porque nada puede haber más terrible
que sentir que nos agarramos nosotros mismos, furiosos,
por los hombros, por la cintura.

¡Detente! ¿A dónde vas? Porque tú has robado
y derrochado sobre todos los caminos
todas las monedas del amor, del orgullo.

¡Responde! ¡No huyas! Aturdido
te miras en tus propios ojos como en un espejo.

Quisieras mentir, pero ninguna mentira
es posible ante tu propio yo
cuando en verdad yo ignoro si hay alguna ventaja 
para ella en tales circunstancias
y para el que la dice, para aquel que la escucha,
aunque fuese mejor comprendida que en otro momento.

¿O conoces quizás otra salida? Párate, de pronto,
porque tu yo te adelanta
a fuerza de correr a tus talones,
y vuélvete de prisa y da marcha atrás.

Mihai Beniuc

24 de abril de 2024

TRUEQUE






Me das tu cuerpo patria y yo te doy mi río
tú noches de tu aroma yo mis viejos acechos
tú sangre de tus labios yo manos de alfarero
tú el césped de tu vértice yo mi pobre ciprés.

Me das tu corazón ese verdugo
y yo te doy mi calma esa mentira
tú el vuelo de tus ojos  yo mi raíz al sol
tú la piel de tu tacto yo mi tacto en tu piel.

Me das tu amanecida y yo te doy mi ángelus
tú me abres tus enigmas yo te encierro en mi azar
me expulsas de tu olvido yo nunca te he olvidado
te vas te vas te vienes me voy me voy te espero.

Mario Benedetti


EN MI SANGRE






Nada más tengo que decir,
que vengan otros, si así quieren,
a pescar en esta agua turbia.
Yo he vuelto las espaldas al poniente.

Como una peonía de corola arrancada,
miro el árbol gigante con asombro:
Veo un hombre pender de cada rama.
Yo no hubiera querido -¡no!- combatir aquí.
Vosotros, insaciables de las guerras,
¡venid, gustad sus frutos!

Sobre el mapa, el Espíritu del Mal está inclinado,
mordido en las entrañas de una sed insaciable
de espacio y sangre joven.
"¡Venid!", aúlla, oscura, la boca del abismo.

Nada más tengo que decir.
Hierven charcos de agua corrompida,
a cada paso yace alguno,
alguno del levante o del poniente.

¡Oh, hermanos míos, en mi sangre
llora la historia de mi tiempo!

Mihai Beniuc

23 de abril de 2024

ME SIRVE Y NO ME SIRVE

 



Me sirve y no me sirve
La esperanza tan dulce,
tan pulida, tan triste,
la promesa tan leve,
no me sirve.

No me sirve tan mansa la esperanza.

La rabia tan sumisa,
tan débil, tan humilde,
el furor tan prudente
no me sirve.
No me sirve
Tan sabia tanta rabia.

El grito tan exacto
si el tiempo lo permite,
alarido tan pulcro
no me sirve.
No me sirve tan bueno
Tanto trueno

El coraje tan dócil
la bravura tan chirle,
la intrepidez tan lenta
no me sirve.
No me sirve
tan fría la osadía.

Si me sirve la vida
que es vida hasta morirse,
y el corazón alerta sí me sirve.
Me sirve cuando avanza
la confianza.

Me sirve tu mirada
que es generosa y firme,
y tu silencio franco sí me sirve.
Me sirve la medida de tu vida.

Me sirve tu futuro
que es un presente libre,
y tu lucha de siempre
sí me sirve.
Me sirve tu batalla
sin medalla.

Me sirve la modestia
de tu orgullo posible,
y tu mano segura
sí me sirve.
Me sirve tu sendero,
compañero.

Mario Benedetti

LA GUERRA






Están los que juegan con su propia cabeza,
como una pelota única,
lanzada al alto,
contra la tierra,
atrapada en la mano,
golpeada con el pie,
pero no mas que una sola pelota.

Otros juegan con las cabezas ajenas,
con muchas cabezas a la vez, con todas.
Las agarran al vuelo, las tiran al aire
diestramente, sin que caiga ninguna,
tan bien que el horizonte se llena de cabezas
y el cenit
y los puntos cardinales.

Mihai Beniuc

22 de abril de 2024

EL AMOR ES UN CENTRO






Una esperanza un huerto un páramo
una migaja entre dos hambres
el amor es campo minado
un jubileo de la sangre
cáliz y musgo cruz y sésamo
pobre bisagra entre voraces
el amor es un sueño abierto
un centro con pocas filiales
un todo al borde de la nada
fogata que será ceniza
el amor es una palabra
un pedacito de utopía
es todo eso y mucho menos
y mucho más es una isla
una borrasca un lago quieto
sintetizando yo diría
que el amor es una alcachofa
que va perdiendo sus enigmas
hasta que queda una zozobra
una esperanza un fantasmita.

Mario Benedetti