I
Era muy poco en la vía,
tan poco, que nada era.
Por no tener no tenía
ni mare que lo quisiera.
Era un triste afisionao
que buscaba la ocasión
de dejar en un cercao
frente a un toro el corazón.
Romance de valentía,
escrito con luna blanca
y gracia de Andalucía
en campo de Salamanca.
ESTRIBILLO
Embiste, toro bonito,
embiste por cariá.
Morir se me importa un pito
pues nadie me iba a llorá.
Aquí no hay plaza ni nombre
ni traje tabaco y oro,
aquí hay un niño muy hombre
que está delante de un toro.
En matarme no repares,
te concedo hasta el perdón,
y como no tengo mare,
la Macarena me ampare
si me cuelgas de un pitón.
II
Todas las noches saltaba
sin miedo la talanquera
y a cara y cruz se jugaba
al toro la vía entera.
Quizá fuera colorao
el buré que lo embistió
y mordiendo su costao
malherido le dejó.
Romance de valentía
teñido con luna blanca
y sangre de Andalucía
en campo de Salamanca.
ESTRIBILLO
¡Adiós, plaza de Sevilla,
ya nunca me habrás de ve
pisar tu arena amarilla
con tanto que lo soñé!
¡Adiós, capote de sea,
que fuiste mi compañero,
morir en esta pelea
es cosa de buen torero!
Ya vestío de alamares
no ha de verme la afición,
y como no tengo mare,
la Macarena me ampare
y me dé su bendición.
(Recitado)
Allí quedó ante la fiera,
ninguno lo vio caé,
nadie rezó tan siquiera
un padrenuestro por é.
(Cantado)
Por él ninguna serrana
lloró de luto vestía.
Por él ninguna campana
dobló amaneciendo el día.
Pero, en cambio, entre asusenas
y entre velas enrisás,
en San Gil la Macarena
sí que lloraba de pena
por la muerte del chavá.
Rafael de León