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5 de septiembre de 2021

OPUSCULO DE UN NOSFERATU A PUNTO DE UN AMANECER

FRAGMENTOS


Introducción


Hay un infierno interior revestido de imágenes
Diáfanas que rodean a los melancólicos vampiros
Ninfas que despliegan universos de hermosa oscuridad
Unicornios incólumes tras los cuales se esconden oscuros
Y retorcidos dragones
Este es la historia de amor entre una ninfa y un vampiro,
-Curioso lector-Este es el juego de los espejos y de la muerte.

I

Desde la cúpula de la catedral antigua. El nosferatu contempla neutro
el frenesí de la urbe.
Alumbrada por irreales luces como inefables colmenas de neón, espera
lacónico a su próxima victima.
Él es lo epicúreo puro en aquel instante, la poesía oscura, el verbo
profano. El ángel negro que perforara sensualmente los cuellos
vírgenes de las doncellas.
La poesía en sí eres nosferatu y la metáfora primera.

III

Miras la noche, bebes la copa de vino y extendiendo
nosferatu tus
brazos desesperados hacia el lóbrego cielo "te
amo-exclamas-te amo
Hacia la diáfana luna".
La melodía de Schönberg logra al fin
doblegarte e
ingresa en ti como una ola gigantesca, colosal, épica en tú cáustico
ser.
La mano del escritor deja la pluma, bota el cigarrillo
de los labios,
saca las manos del ordenador y se rompe exacta la
creación; una
lagrima negra se desliza por tu cadavérico y pálido
rostro,
pesado como él ultimo tramo de la noche, estéril como el inicio
prístino del amanecer.
Y la roja araña maligna entonces te grita ahora con voz aguda
desde el techo:
"Estás muerto nosferatu, estás muerto, no te engañes más, que
nunca volverás a
amar "
y
el nosferatu lúcido, con cierta amargura sabia replegada
en su antigua humanidad responde:
"En los cuerpos inertes arácnida, existe el mayor
movimiento".

IV

Hoy la has visto sola en un bar, con la profundidad de sus cabellos
castaños cayendo sobre su delicado y pálido cuello. La ves, y la
inmensidad de sus resplandecientes ojos cafés hacen retroceder la
perversa intención de tus afilados dientes.
Con un gabán negro y el rostro calmo, te has colocado al otro extremo
de la barra. La observas, la contemplas como jaguar en celo al
acecho. Ella hace un ademán conocido de Coger un cigarrillo y tú como
predador experto en estas lides de la seducción ,aprietas el
encendedor raudo en sus carnosos labios.
Ella sonríe irónicamente y tú piensas que en mil años de vida por los
reinos de las tinieblas
no has visto algo tan espléndido y maravilloso como el florecimiento
de aquella bella
Sonrisa extendida como flor de loto en sus rojos labios. Aquella
sonrisa que te ilumina en
Tus largas noches solitarias como un concierto de estrellas en la
noche por estas calles frías de neón.
La acompañas a los bosques. "La amistad es una trampa".
La literatura escandinava, la música gótica, Baudelaire, el culto sin
reservas al crepúsculo son los inclaudicables pactos que los unen y
sus interminables pláticas en la inmensidad de la noche, alrededor
de una entrañable taza de café, sus tardes recorriendo los nenúfares
y las fuentes protegidos por la espesura de los bosques inmortales,
allí donde no ingresa jamás la luz abrasadora del diáfano sol.
Hoy a los pies de los rayos de la luna nosferatu te has atrevido a
tocar el cielo y la has besado.

VI

No hay mayor pasión que la de un poeta, ni mayor deseo que la de un
liróforo nosferatu.
La noche resplandece ahora de un extraño brillo cada vez que estas
del brazo de la bella
Ninfa; Es extraño ver como cambia todo a tú alrededor. La luna que
alumbra misteriosa tus pasos es ahora la luna misteriosa ¡Viva! Que
alumbra en este instante tus pasos: es está y no otra y se manifiesta
eterna aquí".
La noche la ves virgen, hermosa, con la novedad y misterio de tú
primer amor en Transilvania. Las luciérnagas desfilan mágicas a tú
alrededor, Los árboles danzan tenues sobre sus góticos cuerpos.
Sientes, vives, amas nuevamente eufórico vampiro, pues no hay mayor
amor que la de nosferatu bardo enamorado, ni mayor placer que el de
besar el resplandeciente rostro de la ninfa en tus azabaches labios.

VII

Todo lo dejaste por alcanzar la piedra filosofal ingenuo nosferatu y
todo lo has perdido. Mujer, clan, familia, amigos, nación. Ahora eres
solo un apátrida excluido del genero humano.
La noche es ahora tu hábitat. La oscuridad, el eclipse absoluto que
te alumbra y te acompañará toda tu existencia, hasta la consumación
incólume de los siglos, como aquellos
Largos días polares sin sol y el manto glacial permanente cubriendo
el firmamento.
Has visto nacer y morir imperios, cientos de reyes has visto
desfallecer en la inclemencia imperturbable del viento y a la
soberbia raza humana caer consumida por la insomne voracidad de los
gusanos.
Como un judío errante navegaste por el mundo entero, varias
veces .Felices fueron aquellos primeros siglos sin percibir la
intermitente "angustia de morir". Más el tedio insoportable te inundo
irremediable a la mitad del primer milenio hasta convertirte en lo
que ahora eres: liquen muerto, polvo inorgánico que trasunta placida
tus venas.
No hay sentimientos, eres la contemplación pura. Él hastió
permanente y a pesar que
Varios suicidios intentaste en vano el soplo eterno volvía a tú
sangre irredenta y con ella el terrible dolor intangible del
spleen ": eres consciente de tú terrible inmortalidad".
Hoy la vuelves a ver y te sientes vivo como al principio y quieres
morir, ser libre, amar "hasta perder el conocimiento", -El lenguaje
son extraños pájaros que se lleva el leteo-sentir la brisa fresca de
las mañanas en tú pálido y verdoso rostro, aunque esto signifique por
ultimo el final de tus días.
Hoy lo has decidido, amanecerás contemplando el alba junto a ella,
opúsculo de un nosferatu a punto de un amanecer:
"Sabes que el resplandor del sol quemando tu piel te redimirá".

Epilogo

"en tus sueños siempre estaré".


Leo Zelada