Uruguay candombe y tango,
murga, milonga y poesía;
y la rugiente armonía
que baja del Centenario
cuando el cemento que vibra
anuncia un gol Uruguayo.
Tiene duendes ese estadio
de tantas tardes de gloria
que alimentan el recuerdo
del Celeste y sus victorias.
También en cofre seguro
como tesoro sagrado
guarda los goles de antaño.
Están todas las jugadas,
las gambetas y los caños
que le dieron alegría
a todos los uruguayos.
Y en ese pedazo pequeño
de noble suelo caliente
se hicieron grandes en sueños
los botijas de la gente.
Ya le mostraron al mundo
entereza e hidalguía,
y esa gloria deportiva
que arriba en el firmamento
planea como garua;
para que el mundo conozca
como es la garra charrúa.
Felipe Evangelista