Inclino mis recuerdos
sobre un vino nocturno
para hundirme en la limosna
de otra noche.
He llegado hasta el límite
que nada nos indulta.
Al filo del abismo
de una copa borgoña
debo precipitarme
para evadir el grito
que emerge
repentino.
¿Sabrán reconocerme
cuando nazca el retorno?
Teresa Palazzo Conti