Muchas nieves
marché como demente
para asir claridades.
Mi perfil
rozaba la muerte
usurpadora de abrazos.
Una condena
anunciada
tapizaba mi reino
y en cada vibración
otro asesino hechizaba al asombro.
Esgrimiendo un presagio de vida,
una voz verdadera
intimó en mis espaldas
y fui albergue
de mi propia presencia renacida.
Teresa Palazzo Conti