La tienda de la noche se ha rasgado hacia Oriente.
Tu espíritu amanece maravillosamente;
su luz penetra en mi alma como el sol a un vergel...
Pleno sol. Llueve fuego. Tu amor tienta, es la gruta
afelpada de musgo, el arroyo, la fruta,
la deleitosa fruta madura a toda miel.
El Ángelus. Tus manos son dos alas tranquilas,
mi espíritu se dobla como un gajo de lilas,
y mi cuerpo te envuelve... tan sutil como un velo.
El triunfo de la noche. De tus manos, más bellas,
fluyen todas las sombras y todas las estrellas,
y mi cuerpo se vuelve profundo como un cielo!
Delmira Agustini