He bebido tu carta con febril impaciencia.
Y tú, cuando estas líneas recibas, estarás
en un grupo dichoso. Y entre la concurrencia,
Léela pronto, un amigo junto a ti te dirá.
Y en tanto, abanicándote con mi carta cerrada,
y viendo el sobre apenas, distraída tal vez,
dirás, no interrumpiendo tu charla comenzada:
No es nada, sí... no es nada. La leeré después.
Paul Geraldy