La muerte pasa
frente a mi casa...
Yo la contemplo desde el balcón
y de improviso gritar quisiera:
“¡Venid, Señora, que ya os espera
desde hace siglos, mi corazón!”...
¡Pero no puedo!... ¡Pero no puedo!...
su veste negra me causa miedo,
sus cuencas frías me dan pavor,
y así razono y así me digo:
“Si hoy es la vida cruel conmigo,
¡quizás mañana será mejor!”...
Pasó la muerte,
serena y fuerte...
La vi alejarse desde el balcón...
y, aquella tarde sin yo quererlo
sin yo sentirlo, sin yo saberlo,
¡se fue tras ella mi corazón!...
Ruben C. Navarro