Aprendiendo a vivir
puede que se vaya la vida,
entender que así son las cosas
y renegar de que así lo sean,
embelesarce con el aroma de una rosa
y entender que aun una flor hermosa
se defiende con espinas.
Qué inútil puede resultar
acumular tanta experiencia
el sentir no es como las ciencias,
y los sentires no se pueden calcular.
En ese camino que va y viene
están escondidas las respuestas
y no es casual que quien menos otorga
sea el que pierda menos,
pero es sólo quien ofrece su alma
quien se siente sano y pleno.
Y ha de entender esto el hombre,
rico, pobre, ilustre o desdichado,
el que sueña, el que gobierna
y también el gobernado.
El calmo, el alterado, el que decide
el devoto que da limosna
y el mismo santo que las recibe.
Porque es del cielo,
que proviene la providencia,
y del mismo la razón y entendimiento,
pero es del mismo cielo
a veces, celeste y calmo
que caen furiosos los rayos
y soplan desbastadores los vientos...
Miguel AngelTurco