El tren no llega nunca,
no llegará, se ha muerto....
En la estación vacía, no caben los suspiros.
En la estación vacía, no caben los deseos.
La esfera blanca del reloj, se apaga.
La aguja negra de las horas trepa.
¡No llegará a su hora!... Un beso se lo impide.
¡No llegará,.... está muerto!... se ha roto su destino.
Las manos separadas, no volverán a unirse.
Las manos separadas, agrietarán el aire.
Un túmulo de ruidos, anuncia su llegada.
Se para, se estremece, respira su chatarra.
Se suben los andenes,
se bajan sin saberlo,
los hombres y mujeres que llevan un secreto.
El tren tiene ventanas, son de cristal y sueños.
Detrás de cada una, un rostro que no vemos,
un llanto contenido, ya mudo en el recuerdo.
Detrás de esa ventana, su rostro está en escorzo,
las ruedas se lo llevan, estrépito y silencio.
Detrás, vagón de cola, se lleva lo que quiero.
Jose Antonio Azpeitia
4 de Diciembre del 2007
no llegará, se ha muerto....
En la estación vacía, no caben los suspiros.
En la estación vacía, no caben los deseos.
La esfera blanca del reloj, se apaga.
La aguja negra de las horas trepa.
¡No llegará a su hora!... Un beso se lo impide.
¡No llegará,.... está muerto!... se ha roto su destino.
Las manos separadas, no volverán a unirse.
Las manos separadas, agrietarán el aire.
Un túmulo de ruidos, anuncia su llegada.
Se para, se estremece, respira su chatarra.
Se suben los andenes,
se bajan sin saberlo,
los hombres y mujeres que llevan un secreto.
El tren tiene ventanas, son de cristal y sueños.
Detrás de cada una, un rostro que no vemos,
un llanto contenido, ya mudo en el recuerdo.
Detrás de esa ventana, su rostro está en escorzo,
las ruedas se lo llevan, estrépito y silencio.
Detrás, vagón de cola, se lleva lo que quiero.
Jose Antonio Azpeitia
4 de Diciembre del 2007