Millares de partículas de arena,
ríos que ignoran el reposo, nieve
más delicada que una sombra, leve
sombra de un hoja, la serena
margen del mar, la momentánea espuma,
los antiguos caminos del bisonte
y la flecha fiel, un horizonte
y otro, los tabacales y la bruma,
la cumbre, los tranquillos minerales,
el Orinoco, el intrincado juego
que urden la tierra, el agua, el aire, el fuego,
las leguas de sumisos animales,
apartarán tu mano de la mía,
pero también la noche, el alba, el día...
Jorge Luis Borges