Descubro en tu forma sinuosa
el mágico aliento de una pasión
y recorro con furia tus poros
y me inundo en el sudor de tu piel,
me ahogo en la miel de tus pechos,
y tu espalda es como un latir de sangre caliente
y urgente que hace a mis ansias vivir.
Me arrojo entregado a tus brazos
y me siento a la vez el dueño de tus besos,
de tu boca, de tus sueños,
que son el invisible pero fuerte lazo
que me ata a tu ardiente existir,
y si me dieran a poder elegir
entre un mundo dorado y perfecto
y la pequeña burbuja donde te amé,
no dudes que ahora estaría en ella,
contigo, sin miedo a perder.
Me roza tu piel y me hierve la sangre
mitigan tus besos mi sed y mi hambre,
me miran tus ojos y se escapa mi pecho
a buscar en el cálido lecho
la razón que se vuelve pecado...
Miguel Angel Turco
el mágico aliento de una pasión
y recorro con furia tus poros
y me inundo en el sudor de tu piel,
me ahogo en la miel de tus pechos,
y tu espalda es como un latir de sangre caliente
y urgente que hace a mis ansias vivir.
Me arrojo entregado a tus brazos
y me siento a la vez el dueño de tus besos,
de tu boca, de tus sueños,
que son el invisible pero fuerte lazo
que me ata a tu ardiente existir,
y si me dieran a poder elegir
entre un mundo dorado y perfecto
y la pequeña burbuja donde te amé,
no dudes que ahora estaría en ella,
contigo, sin miedo a perder.
Me roza tu piel y me hierve la sangre
mitigan tus besos mi sed y mi hambre,
me miran tus ojos y se escapa mi pecho
a buscar en el cálido lecho
la razón que se vuelve pecado...
Miguel Angel Turco