Pozo de realidad,
nauseabunda afirmación,
nocturno cerco de sombras.
Todo hasta la muerte.
Somos aciago resplandor insumiso,
noche florecida.
Oh miseria inmortal.
Tú, mi alondra súbita,
mi pequeño colibrí delicado,
flor mecida en la brisa,
tú, dichosa,
tú, visitada por la luz,
lavada en su jardín
que desciende despacio,
pequeñez tan querida.
Aquí estás resistiendo,
viva, lúcida,
sostenida
en el sacro relámpago,
alumbrada
y dichosa en el trueno.
tú, mi pequeña rosa
encendida siempre,
pétalo delicado,
húmeda nota,
tú, resistiendo aquí.
Tú, resistiendo,
como si fueses basa
columna, catedral,
como si fueses arco,
romana gradería,
circo, templo,
como si fueses número,
incorruptible idea,
tú mi pequeña Yutca,
mi pasajera soledad,
mi fugaz entusiasmo,
tú, brevedad, caricia.
Tú,
con brazos débiles como flores,
con cintura,
con quebradizo cuerpo,
con delgadez, con ojos,
con espanto, con risa,
con noche a tu mirada,
tú, mi pequeña Yutca,
tú, resistiendo aquí.
Carlos Bousoño