Que necia salir por esa ciudad
a recoger mis confidencias entre adúlteras
poetas de diarios pueblerinos
burguesías napoleónicas y analizadas
solitarios a los que no recuerdo
en sus actuales escenarios legales
salvo algunas soledades de domingo
a la tarde en la provincia
alguna etapa antes de volver
al verdadero destino ignorado.
Que necia creer que siempre más allá
había un imperio con toda su fanfarria
y el exotismo de sus colores
y no sólo este trabajo mínimo y constante
ser armonioso sin conciliar unir sin renunciar.
Sé que largué un bumerang que todavía no volvió.
Juana Bignozzi