En una noche que nadie conoce,
sustancia de niebla, humedad y lluvia,
en un lugar casi sin nombre,
tan ignoto, pequeño y alejado,
vi la locura de sufrir y amar,
lo transido de afán y de finales,
lo teatral de todos lados,
lo que Dios nunca apoya de las manos
que te acarician cálidas y sucias,
que quieren retenerte, mas no saben
cómo hay que retener al otro,
en qué mallas hay que zurcir que no se rasguen
ay esta niebla, estos fríos,
esta ruina de todo lo que dura,
de todo enlace y de toda fe,
de todo apoyo y toda intimidad,
ay Dios ¡los dioses! ¡Humedad y espanto!
Gottfried Benn