No es que sea incapaz
de pronunciar tu nombre...
y aunque me lincharan
en la plaza del pueblo,
me arrojaran a una fosa oscura
y escupieran en mi calavera
disputándose luego mi cola,
venerable padre,
acepta mis balbuceos,
di una palabra por mí,
pues ninguno
de mis taberneros paternales
me regala un tonel,
ningún cerdo sus gruñidos...
Leyendas, invierno,
superpoblaciones...
en el sueño las hojas salvajes
de un lluvioso otoño,
el temprano embrutecimiento
de noches apuradas,
relación de la nieve negra
con los jóvenes esposos...
Viento, aventar y verdad...
sobre la sombra del mundo.
la cama sin hacer,
los gritos de pájaros oscuros...
Thomas Bernhard