Y luego:
¿Qué te pertenece a ti de ese perder la vida
y cuál es en ese perder la vida mi parte?
No te soportaría sin saber,
tú o yo
o algún durmiente de mi nombre,
tú que me confundiste con otro,
que me despertaste en lugar de a otro,
tú que me excluiste de su vanidad,
tú que me inventaste, tú mi única
poesía...
Thomas Bernhard