No me han visto tus ojos.
Tan virgen
como el agua creadora de la linfa.
No me han visto.
Lentamente
viniendo,
desde allá. sin que
En medio del cortejo de holocaustos.
Con el rayo y la hiedra entre los pies.
Y mañana...
Mañana...
En el fuego y la dulce primavera,
sabrás que voy matando a la manada,
que transporto en mis brazos la semilla.
Y en mí creerán tus ojos.
Mañana.
Sí,
mañana.
Adonis Ali Ahmad Said Esber