¿Quién eres tú, que del
tendido cielo bajas,
envuelta en nube trasparente,
y a mí llegando con callado vuelo,
portes la diestra en mi abrazada frente?
Las orlas de tu blanca vestidura
mueve gimiendo la nocturna brisa;
sobre tu frente, cual la nieve pura,
el laurel de los genios se divisa.
Y es lánguida y es triste tu mirada,
como, en las tibias noches del estío,
los rayos de una estrella reflejada
en la corriente de sereno río.
Leve sonrisa por tus labios vaga
y embellece tu faz encantadora.
¿Eres quizá la solitaria maga
de esta orilla gentil habitadora?
¿O tal vez mi invisible compañera
la hermosa y celestial melancolía?
Aristides Pongilioni
Aristides Pongilioni