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5 de enero de 2020

EL LEÓN CON SU EJERCITO

A Don Javier María de Munive e Maquez, 
 conde de Peñaflorida, director perpetuo de la Real Sociedad Vascongada de los Amigos del País.



 Mientras que con la espada en mar y tierra 
Los ilustres varones
 Engrandecen su fama por la guerra, 
 Sojuzgando naciones, 
Tú, Conde, con la pluma y el arado,
 Ya enriqueces la patria, ya la instruyes,
 Y haciendo venturosos has ganado 
El bien que buscas y el laurel que huyes.

 Con darte todo al bien de los humanos 
 No contento tu celo,
 Supo unir a los nobles ciudadanos 
 Para felicidad del patrio suelo.
 La hormiga codiciosa
 Trabaja en sociedad fructuosamente,
 Y la abeja oficiosa 
Labra siempre ayudada de su gente. 
Así unes a los hombres laboriosos
 Para hacer sus trabajos más fructuosos. 
 Aquél viaja observando
 Por las naciones cultas;
 Éste con experiencias va mostrando 
 Las útiles verdades más ocultas.
Cuál cultiva los campos, cuál las ciencias;
 Y de diversos modos, 
Juntando estudios, viajes y experiencias, 
Resulta el bien en que trabajan todos.
 ¡En que trabajan todos! Ya lo dije, 
Por más que yo también sea contado.
 El sabio Presidente que nos rige 
 Tiene aun al más inútil ocupado. 

 Darme, Conde, querías un destino, 
 Al contemplarme ocioso e ignorante.
 Era difícil; mas al fin tu tino 
 Encontró un genio en mí versificante. 
 A Fedro y Lafontaine por modelos 
 Me pusiste a la vista, 
Y hallaron tus desvelos 
Que pudiera ensayarme a fabulista. 

 Y pues viene al intento,
 Pasemos al ensayo: va de cuento.
 El León, rey de los bosques poderoso,
 Quiso armar un ejército famoso. 
 Juntó sus animales al instante: 
 Empezó por cargar al elefante 
Un castillo con útiles, y encima
 Rabiosos lobos, que pusiesen grima.
 Al oso le encargó de los asaltos;
 Al mono con sus gestos y sus saltos
 Mandó que al enemigo entretuviese; 
 A la Zorra que diese 
Ingeniosos ardides al intento.
 Uno gritó: La liebre y el jumento.
 Éste por tardo, aquélla por medrosa, 
De estorbo servirán, no de otra cosa.

 ¿De estorbo? dijo el Rey; yo no lo creo.
 En la liebre tendremos un correo,
 Y en el asno mis tropas un trompeta. 
 Así quedó la armada bien completa. 
 Tu retrato es el León, Conde prudente,
 Y si a tu imitación, según deseo,
 Examinan los jefes a su gente, 
A todos han de dar útil empleo.

 ¿Por qué no lo han de hacer?¿Habrá cucaña 
 Como no hallar ociosos en España?


Felix Maria Samaniego