por ti la sombra que ilumina el mundo
y esta sed de fulgor en que anochezco;
por ti mis bellas horas tenebrosas
en que deshoja sin pudor el alma
su túnica de espinas y de rosas;
tus manos con el tacto de la vida,
mi espíritu cubierto de zozobras,
tu cuerpo con la veste desceñida;
mi panal de amarguras y de mieles,
el campo de la frente coronado
con una rama negra de laureles.
Por ti mis cuatro cirios encendidos,
la muerte viva en ataúd gozoso,
los edenes hallados y perdidos;
el jardín interior de mis aromas,
mis ciervos vulnerados, tus jaurías,
tu gavilán voraz de mis palomas;
tus fieras azuzadas, tus mastines,
mi queja entre la noche como un grito,
tu voz de funeral y de festines;
mi pradera agostada de rosales,
tus viñas en agraz para el olvido,
la cosecha en sazón de mis eriales;
tu faro entre las sombras, desafiante,
tu mar embravecido contra el mundo,
tu playa inaccesible y delirante.
Amor y siempre amor. amor altivo,
humillado, exaltado, desolado;
amor por lo que muero y lo que vivo.
Por ti todos los males y mis bienes:
tu lirio inmemorial y la manzana
y este cielo infernal entre mis sienes.
Por ti lo que desdeño y lo que ruego,
el fuego de la vida turbadora,
la muerte entre mi túnica de fuego.
Por ti, maldito amor, amor bendito,
la claridad de mi desesperanza,
mi esperanza clamando al infinito.
Por ti, siempre por ti. Por lo que espero;
lo que no espero ya, por esperado.
Por ti, sólo por ti, mientras me muero.
Dora Castellanos