Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
Adónde el camino irá?
Yo voy soñando, viajero
a lo largo del sendero...
-la tarde cayendo está-.
En el corazón tenía
la espina de una pasión:
logré arrancármela un día:
ya no siento el corazón."
todo el campo un momento
se queda mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
a tarde más se oscurece,
y el camino que serpea
y débilmente blanquea,
se enturbia y desaparece.
Y cantar vuelve a plañir:
"Aguda espina dorada
¡quién te pudiera sentir
en el corazón clavada!
Antonio Machado