Como el cisne de la laguna
iba mi barca de marfil,
en el plenilunio de Abril
sobre la estela de la Luna.
Bogando en ondas de fortuna
hiló mi ensueño juvenil,
el hilo de plata sutil
de un cuento de las Mil y Una.
Y era el Abril, cuando ululante
por mi vida pasó un ciclón,
y adelante, siempre adelante,
violento como un león,
estrujé en la garra rampante,
humeante, mi corazón.
Ramón Maria del Valle Inclan