Cuando caiga el sol
arrópame,
que me quedo
sin palabras que junten
el silencio
y los deseos nuevos.
Sé yo, sin tú saberlo,
que llevas un aroma
de caminos.
Una revolución de memoria
y palabras.
Algo así como un pretexto,
una linde más allá
de la tierra salitrosa,
donde todo se hace vida
y es un puro remanso de ti,
y lo verdeas.
Felipe Servulo