Tu amor, ayer tan firme, es tan ajeno,
tan ajenas tu boca y tu cintura,
que me parece poca la amargura
de que hoy mi alrededor contemplo lleno.
por agasajo tu desgarradura:
ni yo abro el pecho a herida que no dura
ni con vinos de olvido me sereno.
que a veces, porque vive, desconfío
que sienta el desamor como lo siente.
de nuestra triste historia únicamente
el arma es tuya; todo el dolor, mío.
Antonio Gala