CafePoetas es un Blog sin animo de lucro donde se rinde homenaje a poetas de ayer, hoy y siempre.

19 de octubre de 2025

TODAS LAS SALVAGUARDAS QUE NOS MERECEMOS




Todas las salvaguardas que nos merecemos.
Tu perfil confidente.
Como todo lo que te digo cuando no puedes oírme
y es tan dura la tarde, y tú tanto me faltas.

Nuestros dáctilos Par a par.
Sueños fértiles Par a par.
Parecía imposible que cupiese tanto aliento, 
tan madreperla como ahora nos preña.
Venga, mi bella bestia, ven con tu yolandalatría.

La tarde nos frecuenta alguna vez abandonados,
y tú dices corazón, esa palabra que odio.
Fuiste tú, mi animal, fuiste tú quien esculpió
en mis nalgas un verso que decía para siempre.


Yolanda Castaño

CANTO DE LAS FLORES





Desde un rincón del día dorado
escondidas flores me llaman.
-¡Por tu amor sé escucharlas!-
Me recuerdan tu alma,
¡ay, sólo conocida por los ángeles!

Sólo flores,
las escondidas flores
cantan!

Sabemos sólo flores
sobre ellas,
apenas apoyadas
tu cara -y tu alma
y mi cara- y mi alma.

Desde un rincón del día dorado
escondidas flores me llaman.


Esther de Cáceres

18 de octubre de 2025

DESCONCILIO. ME DESGARRO LA BOCA PERO NO HABLO




Desconcilio. 
Me desgarro la boca pero no hablo. 
Cientos de corredores, 
miles de corredores,
un corredor, otro corredor, 
los recorrí todos, 
todos los conozco. 
Mi cueva es de pizarra,
yo ya nada digo, 
espectáculo del conocimiento, 
religión de pizarra. 
Soy la ventrílocua, 
la que corre cantando 
por los corredores de plomo, 
con voz de pizarra. 
Que sólo el fraude era verdad. 
Velar desquiciada para que esta máscara ventrílocua 
no se me incruste en la boca, 
tengo que correr por los corredores de pizarra, 
digo muchas cosas, 
nada puedo hacer para dejar de mentir.


Yolanda Castaño

EL TIEMPO DE PASION





Es un ciprés que nace entre antiguos cipreses,
plantado por mis manos;
mirado y remirado por los ojos que lloran
en mi cara; los ojos que te amaron
cuando antiguos cipreses eran sólo columnas
de un gran cielo tranquilo.

Música de la Muerte redobla entre tu cuerpo
y mi cuerpo. Redobla entre tu sombra
y mi sombra.
Redobla en los confines del Amor y la Noche...

Música de la Muerte llora todas tus muertes;
va corriendo entre todas
las hojas de ciprés: dice tu muerte,
y llega hasta el recuerdo
de aquel gran mediodía
del arduo amor,
-¡un melodioso estar
Tú y yo, como dos rosas,
en un resplandor mágico
de largos oros!-

Estábamos envueltos en un aire de fuente
en primavera!
Tú y yo
¡ciegos al día
y a las estatuas frías!
¡Oídos impenetrables
a la lira del aire!
¡Sólo almas reposando
sobre el alma del sándalo!

Ahora estás muerto, Amor, bajo todas las rosas
tristes, ardientes, ávidas, que mi pasión deshoja.
Y por mis sienes, como de una herida,
corre tu sangre, última flor de vida.
Ya llega a mi mejilla -sola flor sin espinas-
y canta su pasión, su vida herida.
Yo te he tendido, Amor, sobre las flores tiernas,
preso y libre de mí, nocturno y frío,
y desde mis abismos te remiro.

Ya estamos otra vez, como dos rosas,
junto a la más esbelta
fuente eterna de Amor. -Huyen redobles
de tu Muerte entre noche-.
¡Canta la fresca aurora!


Esther de Cáceres

17 de octubre de 2025

ESTOY RESBALANDO POR UNA FLOR CALIENTE




Estoy resbalando por una flor caliente. 
He estado siempre cansada. 
Este egoísmo voraz que insiste en la miseria. 
Pulsa mi vigilia la única fortuna de los locos. 
La que no comprendió nada pero lo sintió todo.

Y en las madrugadas hago panegíricos a esta Yolanda mezquina, 
que sabe venderse y conoce el final.


Yolanda Castaño




LA NOCHE




I

Un alto mar de sombra ya invadió todo el Aire,
y en el gran sueño oscuro
relucen, solitarios,
los vastos ébanos con que el Amor talla
arcas insomnes de secretos pianos.

Bajo la noche
busco antiguas estatuas.
Exploro el hondo bosque donde el Recuerdo posa
su extraña mano de cautela y llama.
¿Son mis desconocidas gacelas ya dormidas
o son lentos follajes?
¿Es una cabellera perdida entre los tréboles
en la extensa morada de fragancias del Aire?

¡ Soy yo, soy yo, yo misma
perdida entre los árboles,
sola entre oscuros árboles!

Soy yo, soy yo, yo misma
en cristal apagado
y dormidos esmaltes!

Dejo el bosque secreto, dejo el jardín sin cisnes;
atravieso los muros invisibles del Aire,
y ya estoy en el ámbito
de la gran noche sola!
-Alguna de mis muertes se ha quedado llorándome!


II

Vienen las Soledades y juntas contemplamos:
Ya no hay más que la Noche
¡una gran flor de sombra
quieta bajo el rocío!
¡La Noche y yo -¡su llanto!-

Hasta que se despierta
la oscura flor... ¡Ya se truecan las lámparas!
¡Ya un aire de gacelas
se acerca a despertarme!
¡Los mares del Día cantan!


Esther de Cáceres


16 de octubre de 2025

ESTA CONCIENCIA DE AUSENCIA Y NO HAY REGRESO




Esta consciencia de ausencia y no hay regreso.
 No hay regreso. 
Pero resisto al llamamiento de las tragedias. 
Desacredito de esa desfundación.

Para cuando el pálido manto de mi memoria 
se va cubriendo de esta piel que yo seré.


Yolanda Castaño

TU HARAS SUAVE MI SUEÑO



Tú harás suave mi sueño
cuando todas mis ramas hayan sido cortadas
y no quede más que una
libertad sin recuerdos...

Llegará tu silencio!
Ya mi oído
no se inclina a los días ni a las noches,
ya la última esperanza se me borra en tu cielo...

¡Llegará tu silencio!
Mi alma sabe que un día
tú harás suave mi sueño...


Esther de Cáceres

15 de octubre de 2025

ES UNA ESPIRAL QUE, EN MI, PRODUCE VERTIGO



Es una espiral que, en mí, produce vértigo. 
Pero acabo por serenarme;
gruta de la pureza.
Mi entrega a esta ebriedad franca. 
Que extendí una sábana de orfandades sobre mi poema. 
Y no sirve comprender. 
Como en valses espectrales sobre piscinas amnióticas.
 Teatro de delicias. 
Petirrojo de la felicidad.

Que mi inteligencia no compre mi sentido. 
El tacto, el privilegio, las ganas de tirarse.


Yolanda Castaño

EL SILENCIO





Los pájaros
desde el silencio
cantan.
Desde enjambres de amor y de tormento
cantan.
Desde prisiones y en la dilatada
casa del aire
cantan.
Entre cipreses de la muerte
cantan.
Pero un pájaro solo que ha atravesado el Fuego
solo en lo alto
solo y extático
en misteriosos cielos de silencio y alma
canta.


Esther de Cáceres