CafePoetas es un Blog sin animo de lucro donde se rinde homenaje a poetas de ayer, hoy y siempre.

16 de abril de 2024

CUANDO SE VIVE AL BORDE






Cuando se vive al borde
de una ciudad de conmovidas piedras-
a la que obviaron un destino
de naufragio y ceguera
y el invierno -que agobia oscuramente-
es la pared de su verdín cubierta,
no es fácil Garcilaso
ni la Égloga;

-aún el helado visitante filtra
su humor entre las piedras-
mírenlo -alumnos de poesía- y miren
el vaticinio de las quemas...

No es fácil ver
cuando la calle llega
con sus volados árboles y muros
y entre hojas y lágrimas nos ciega.
Ni enviar un ramo de palabras tristes
cuando la carta obstina
en barajar sus fechas...

Washington Benavides

PERSISTENCIA DEL OLVIDO







Recuerdo una ciudad como recuerdo un cuerpo.

Caía ya la luz sobre las calles
ya caía en tu cuerpo
en un hotel oscuro, o en no sé
qué habitación sin muebles de no sé
qué ciudad la luz agonizante
de velas encendidas.

Un temblor
de velas, o un temblor de árboles,
en el otoño sucedía -no lo sé-
en la ciudad que no recuerdo
-ya esa desmemoriada sensación
de haber estado allí, ignoro adónde,
con alguien que no sé,
quizás en la ciudad que siempre olvido.

Tal vez era la lluvia: mi pasado
ocupa un escenario de calles desoladas.
Sin duda era la lluvia golpeando
los cristales de un taki, con alguien a mi lado,
con alguien que ha perdido
sus rasgos con el tiempo.

O era yo
no lo sé, tal vez yo mismo
reflejado en cristales mojados por la lluvia.
Quizás era en verano, no recuerdo,
y era otra ciudad la que ahora olvido.
Una ciudad con bares junto al mar,
donde tú nunca estabas.

No sé bien
qué ciudad era aquélla en que la luz
tenía la apariencia de una flor abrasada,
pero tus manos frías estaban en mis manos,
tal vez en algún cine con palcos de oro viejo,
en su caliente oscuridad.

Una ciudad
se vive como un cuerpo,
se olvida como él.

Posiblemente
ahora evoco ciudades que existieron
al lado de esos cuerpos que existieron
en ciudades que existen tal vez en el olvido.
Que deben existir, pero no sé.


Felipe Benítez Reyes


15 de abril de 2024

CONFUSA EXALTACION Y REPRESENTACION DE LA DAMA






A Nené


-«Estás igual..» No. Claro que envejeces;
horrible fuera: sola y detenida,
mientras brotan y siegan a las mieses,
y el tren se va y el corazón trepida...

«Si universo y si tiempo nos sobrara...»
Lo dijo Marvell- en un nomeolvides
si «La púdica amada» titubeara...
Ronsard lo reiteró y hoy Benavides.

No temo por la pérdida segura
de aquella perfección, de aquella cara,
porque no es eso lo que al fin perdura.

Old Ezra bien lo supo. Rememoro
su lección (aunque tiemblo al deterioro):
«Si universo y si tiempo nos sobrara»...

Washington Benavides

EL SIMBOLO DE TODA NUESTRA VIDA





Hay noches que debieran ser la vida.
Intensas largas noches irreales
con el sabor amargo de lo efímero
y el sabor venenoso del pecado
como si fuésemos más jóvenes
y aún nos fuese dado malgastar
virtud, dinero y tiempo impunemente.

Debieran ser la vida,
el símbolo de toda nuestra vida,
la memoria dorada de la juventud.
Y, como el despertar repentino de una vieja pasión,
que volviesen de nuevo aquellas noches
para herirnos de envidia
de todo cuanto fuimos y vivimos
y aún a veces nos tienta
con su procacidad.
Porque debieron ser la vida.

Y lo fueron tal vez, ya que el recuerdo
las salva y les concede el privilegio de fundirse
en una sola noche triunfal,
inolvidable, en la que el mundo
pareciera haber puesto
sus llamativas galas tentadoras
a los pies de nuestra altiva adolescencia.

Larga noche gentil, noche de nieve,
que la memoria te conserve como una gema cálida,
con brillo de bengalas de verbena,
en el cielo apagado en el que flotan
los ángeles muertos, los deseos adolescentes.

Felipe Benítez Reyes

14 de abril de 2024

ELOGIO DE LA MAGA





Cuerpos desesperados del estío.
Con el sexo vibrando en las cigarras;
en úes de torcazas y guitarras
y en las fogatas alumbrando el río.

El ojo que descubre lo prohibido,
el halcón sobrevuela la ventana
y ve el flanco de púber porcelana
o de pura obsidiana.. Combatido

por el dogma, el prejuicio, la costumbre;
la venda, la censura, el anatema,
la letra púrpura, el auto de fe..

Todo por el hechizo y dulcedumbre
de la materia prima del poema..
Que aunque cierres los ojos, sigue en pie...

Washington Benavides



ENAMORARSE Y NO






Cuando uno se enamora las cuadrillas
del tiempo hacen escala en el olvido
la desdicha se llena de milagros
el miedo se convierte en osadía
y la muerte no sale de su cueva
enamorarse es un presagio gratis
una ventana abierta al árbol nuevo
una proeza de los sentimientos
una bonanza casi insoportable
y un ejercicio contra el infortunio
por el contrario desenamorarse
es ver el cuerpo como es y no
como la otra mirada lo inventaba
es regresar más pobre al viejo enigma
y dar con la tristeza en el espejo.

Mario Benedetti


13 de abril de 2024

EL CORAZON EN RE MENOR







Pensando en vos,
amigo-amigo, tengo
el corazón en re-menor...

Y guitarras se vuelven,
cables, antenas, ramas,
en el mundo exterior...

Una milonga suena
en tu voz tenebrosa
y le nace una rosa
a la mísera antena...

Canta una vidalita
la medianoche tensa
y el mundo entero grita
por esa voz inmensa...

Pensando en vos,
amigo-amigo, tengo
el corazón en re-menor...

Las hojas de los plátanos
susurran tus canciones
en el mundo exterior...

Un candombe entristece
lonjas de la Cuareim...
Un “lundu” lastimero
pregunta por “meu bem”...

Un pajarito ciego
canta hacia donde nace
el sol, el sol de todos,
cantando se deshace...

Pensando en vos,
hermano-hermano, tengo
el corazón en re-menor...

Y guitarras antiguas
trabajan en mis venas
en el mundo interior...

Pensando en vos...

Washington Benavides

LAS PRIMERAS MIRADAS




Nadie sabe en qué noche de octubre solitario,
de fatigados duendes que ya no ocurren,
puede inmolarse la perdida infancia
junto a recuerdos que se están haciendo.

Qué sorpresa sufrirse una vez desolado,
escuchar cómo tiembla el coraje en las sienes,
en el pecho, en los muslos impacientes
sentir cómo los labios se desprenden
de verbos maravillosos y descuidados,
de cifras defendidas en el aire muerto,
y cómo otras palabras, nuevas, endurecidas
y desde ya cansadas se conjuran
para impedirnos el único fantasma de veras.

Cómo encontrar un sitio con los primeros ojos,
un sitio donde asir la larga soledad
con los primeros ojos, sin gastar
las primeras miradas,
y si quedan maltrechas de significados,
de cáscara de ideales, de purezas inmundas,
cómo encontrar un río con los primeros pasos,
un río -para lavarlos- que las lleve.

Mario Benedetti



12 de abril de 2024

NUEVO JARDIN DE LAS DELICIAS





Puesto entre pitonisas y modernos;
entre aguafiestas y entre barreminas;
entre paces huidobros y esterlinas;
entre caretas y entre posmodernos..

Como en un cuadro de Ensor o Solari
sumido en un bestiario junto al Bosco,
vas, entre muros derruidos, hosco,
en un café bebiéndote un Campari..

La mujer te sostiene, un hijo claro,
algunas instrucciones de camino,
(te aguardan el pretor junto al avaro)..

Bosques de ahorcados, humo de las quemas;
feudos de yuppies, bandos de cretinos:
aférrate al rosario y tus poemas...

Washington Benavides

AUSENCIA DE DIOS





Digamos que te alejas definitivamente
hacia el pozo de olvido que prefieres,
pero la mejor parte de tu espacio,
en realidad la única constante de tu espacio,
quedará para siempre en mí, doliente,
persuadida, frustrada, silenciosa,
quedará en mí tu corazón inerte y sustancial,
tu corazón de una promesa única
en mí que estoy enteramente solo sobreviviéndote.

Después de ese dolor redondo y eficaz,
pacientemente agrio, de invencible ternura,
ya no importa que use tu insoportable ausencia
ni que me atreva a preguntar si cabes
como siempre en una palabra.

Lo cierto es que ahora ya no estás en mi noche
desgarradoramente idéntica a las otras
que repetí buscándote, rodeándote.
Hay solamente un eco irremediable
de mi voz como niño, esa que no sabía.

Ahora qué miedo inútil, qué vergüenza
no tener oración para morder,
no tener fe para clavar las uñas,
no tener nada más que la noche,
saber que dios se muere, se resbala,
saber que dios retrocede con los brazos cerrados,
con los labios cerrados, con la niebla,
como un campanario atrozmente en ruinas
que desandara siglos de ceniza.

Es tarde. Sin embargo yo daría
todos los juramentos y las lluvias,
las paredes con insultos y mimos,
las ventanas de invierno, el mar a veces,
por no tener tu corazón en mí,
tu corazón inevitable y doloroso
en mí que estoy enteramente solo
sobreviviéndote.

Mario Benedetti