Como un águila,
Dios
también de vez en cuando necesita
descansar de Sí Mismo
y replegar sus alas
y dejar de volar por un instante.
Nosotros somos árboles plantados por sus manos,
apenas una mancha en el paisaje
de lo Eterno:
lugares
para que Dios repose.
Vikram Babu pregunta:
¿Qué crueles leñadores os talaron?
Jesus Aguado