XIV
Cada uno recibe imagen. Y carencia.
Damos lo que no queremos amontonar,
lo que nos deja la mismísima convivencia de la soledad.
Deberíamos haber vivido detrás de esa criatura;
de su tajo y su centro.
Deberíamos hacer del silencio
la página dónde dejar una voz como palabra oculta.
Como forma de callar.
De guardar el quejido.
Quiero decir; tragar ese lenguaje
como saliva.
Yanina Magrini