Fabio está, no lo niego, muy notado
De una cierta pasión, que le domina;
Mas ¿qué importa, señor? Si se examina,
Se verá que es un mozo muy honrado,
Generoso, cortés, hábil, activo,
Y que de todo entiende
Cuanto pide el empleo que pretende.
Y qué, ¿no se le dan? ¿Por qué motivo?
Trataba un Viejo de comprar un perro
Para que le guardase los doblones;
Le decía el Chalán estas razones:
Con un collar de hierro
Que tenga el animal, échenle gente:
Es hermoso, pujante,
Leal, bravo, arrogante;
Y aunque tiene la falta solamente
De ser algo goloso.
¿Goloso? dice el rico; no le quiero.
No es para marmitón ni despensero,
Continúa el Chalán muy presuroso;
Sino para valiente centinela.
Menos, concluye el Viejo;
Dejará que me quiten el pellejo
Por lamer entre tanto la cazuela.
Felix Maria Samaniego