Arcón mohoso,
remordido de tiempo,
tu avara llave
aprisiona el aliento
de aquello que al vivir
se perdió sin remedio.
Me duelen todas las fibras.
Es demasiado. Dios,
echa candado a mi vista.
Ya no quiero pensar.
Suma mi nombre a la lista
de las bestias. Sola,
no soporto más la vida.
Maybell Lebrón