Alegres están las almas,
verdes los campos, fértiles flamas...
fresca el agua brotando
de la fuente profunda de los intentos
y dichosos los pensamientos
que siempre encuentran la calma...
Colores y formas mezcladas,
finos aromas y sutiles sonidos
encuentro de seres perdidos
y reposo de las nostalgias.
Cielo infinito de sol,
de luna y de estrellas
canto alegre y afinado
como el que surge emocionado
ante la sola presencia de ella...
Y son sus pasos el andar de la risa,
y sus manos la herramienta milagrosa,
su mirada, la que logra, tan hermosa,
hacerme pensar en el tiempo sin prisas.
Y es su voz el canto sublime y perfecto
que arrulla despacio mi paz y mi sueño,
que entibia los días y mantiene correcto
el fuego que quema muy lento los leños...
Miguel Ángel Turco