CafePoetas es un Blog sin animo de lucro donde se rinde homenaje a poetas de ayer, hoy y siempre.

29 de noviembre de 2007

TABERNERO

¡Tabernero!

¡Voy de paso!
¡Dame un vaso
de tu vino
que me quiero emborrachar,
para dejar de pensar
en este cruel destino,
que me hiere sin cesar ...!

¡Tabernero, dame vino,
del bueno para olvidar ...!
Tú que a todos envenenas
con tu brebaje maldito,
¿cómo quieres comprender
lo infinito
de las penas
que da al morir un querer?
¡Acaso nada te apura
porque tienes la ventura
de tener
na dulce compañera
que te espera,
sin saber
que algún día no lejano,
se irá con rumbo al Arcano,
para nunca más volver ...!
Yo también tuve un amor,
que fue grande, ¡quizá tanto
como lo es hoy mi dolor!
y también sentí el encanto
de una boca perfumada,
que en la frente y en los ojos
y en los labios me besó!

¡Yo también tuve mi amada;
pero ... ya no tengo nada
porque Dios me la quitó ...!

Ya ves qué amargo es el destino
que me hiere sin cesar.
¡Tabernero ... dame vino ...
del bueno ... para olvidar ...!

Rubén C. Navarro

28 de noviembre de 2007

POEMA 10



Hemos perdido aun este crepúsculo.
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
mientras la noche azul caía sobre el mundo.

He visto desde mi ventana
la fiesta del poniente en los cerros lejanos.

A veces como una moneda
se encendía un pedazo de sol entre mis manos.

Yo te recordaba con el alma apretada
de esa tristeza que tú me conoces.

Entonces, dónde estabas?
Entre qué gentes?
Diciendo qué palabras?
Por qué se me vendrá todo el amor de golpe
cuando me siento triste, y te siento lejana?

Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo,
y como un perro herido rodó a mis pies mi capa.

Siempre, siempre te alejas en las tardes
hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.

Pablo Neruda

CANCION



Canción para los que saben
lo que es llorar...
¿Quién pudiera darte al viento

e irse al viento en el cantar!


Canción como lluvia fina
sobre el mar,
que se disuelve y es nube

que sube y vuelve a llorar...


Canción que en el alma es lluvia,

canción que es llanto en el mar...

¡Quién pudiera darte al viento
e irse al viento en el cantar!

Enrique González Martínez

20 de noviembre de 2007

A LAS ESTRELLAS




Esos rasgos de luz, esas centellas
que cobran con amagos superiores
alimentos del sol en resplandores,

aquello viven, si se duelen dellas.

Flores nocturnas son; aunque tan bellas,

efímeras padecen sus ardores;

pues si un día es el siglo de las flores,

una noche es la edad de las estrellas.
De esa, pues, primavera fugitiva,

ya nuestro mal, ya nuestro bien se infiere;

registro es nuestro, o muera el sol o viva.

¿Qué duración habrá que el hombre espere,
o qué mudanza habrá que no reciba

de astro que cada noche nace y muere.


Pedro Calderón de la Barca

SONETO A LA DONCELLA LEJANA






Inaccesible al viento que suspira
por apagar la luz de su cabello,
inaccesible al pálido destello
de la estrella lejana que la mira.

Inaccesible al agua que delira
por llegar a la orilla de su cuello,
inaccesible al sol y a todo aquello
que alrededor de su persona gira,

la doncella en su mundo de diamante
inclina la cabeza lentamente
para escuchar en el remoto mundo:

el eco de un latido muy distante,
la resonancia de una voz ausente
y el sonido de un paso vagabundo.

Francisco Luis 
Bernárdez

18 de noviembre de 2007

POEMA 16



En mi cielo y al crepúsculo eres como una nube
y tu color y forma son como yo los quiero.
Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces,
y viven en tu vida mis infinitos sueños.

La lámpara de mi alma te sonrosa los pies,
el agrio vino mío es más dulce tus labios:
Oh segadora de mi canción de atardecer,
cómo te sienten mía mis sueños solitarios!.

Eres mía, eres mía, voy gritando en la brisa
de la tarde, y el viento arrastra mi voz viuda.
Cazadora del fondo de mis ojos, tu robo
estanca como el agua tu mirada nocturna.

En la red de mi música estás presa, amor mío,
y mis redes de música son anchas como el cielo.
Mi alma nace a la orilla de tus ojos de luto.
En tus ojos de luto comienza el país del sueño.


Pablo Neruda

17 de noviembre de 2007

CANCION DE LA LLUVIA





Acaso está lloviendo también en tu ventana;
Acaso esté lloviendo calladamente, así.
Y mientras anochece de pronto la mañana,
yo sé que, aunque no quieras, vas a pensar en mi.

Y tendrá un sobresalto tu corazón tranquilo,
sintiendo que despierta su ternura de ayer.
Y, si estabas cosiendo, se hará un nudo en el hilo,
y aún lloverá en tus ojos, al dejar de llover.

Jose Angel Buesa

LA MALDECIDA



No quiero, no, que te rías,
ni que te pintes de azul los ojos,
ni que te empolves de arroz la cara,
ni que te pongas la blusa verde,
ni que te pongas la falda grana.

Que quiero verte muy seria,
que quiero verte siempre muy pálida,
que quiero verte siempre llorando,
que quiero verte siempre enlutada.

Rafael Albertti

15 de noviembre de 2007

TENGO EL CABALLO A LA PUERTA




Tengo el caballo a la puerta,
¿Te quieres venir conmigo?.
Yo no te obligo.
Sólo te brindo ocasión
de darte en mi soledad
una casa, un corazón
y un cariño de verdad.
¿Qué no quieres...? Allá penas.
Mientras yo tenga en mis venas
sangre de piropo y ronda;
mientras, por mas que se esconda,
no haya mujer que resista
este pase de conquista
de los vuelos de mi capa;
mientras la flor que se tapa
con clavel y celosía
se asome a verme pasar
pensando en la Vicaría;
y mientras de par en par
se abran a mi reclamo
el corazón donde llamo
y la boca donde toco...
a mi se me importa poco
que quieras o que no quieras
ser dueña de mi fortuna.
Hay mucha espiga en las eras
para pensar sólo en una
Y mira lo que te digo:
un día deje la luna
porque no quiso venir
conmigo.
Y no me costó ninguna
fatiga romper cadenas.
Con esto quiero decir
que a ti, que no eres la luna,
me costará menos pena
dejarte, si lo prefieres.
Me sobran a mí mujeres.
De modo que tú dirás;
si me das el sí, tendrás
beso blando, brazo fuerte,
casa, cariño y corona
y, si es preciso, mi muerte
por defender tu persona.
¿Qué no quieres...?
No hay que hablar
de olvidos ni sufrimientos:
que tengo yo muchos vientos
por donde poder volar.
Y me iré calle adelante,
sin fatiga y sin desplante,
con una copla de mayo
saltando en el corazón
mientras me acompaña el son
el paso de mi caballo:
-Voy a la esquina a cambiar
por una rosa otra rosa,
y a ver quien lo va a notar;
que si una rosa es hermosa...
la otra... no se queda atrás
En fin; no quiero hablar más
de lo que ya no precisa
más explicación.
Mi corazón va deprisa
y no le gusta perder
tiempo en la conversación,
mientras se pueda entender
a besos por los balcones,
Y, torero sin fracaso,
pueda torear al paso
cinturas y corazones.
Ya lo sabes; junto al río
tengo un huerto de limones
Y un arroyito de frío
que va sembrando canciones.
Y en la loma
tengo un blanco caserío
como una blanca paloma
que se asoma
para beber en el río
Y entre arrayán y romero
un beso sin estrenar
que está diciendo “me muero”
porque no puede aguardar.
Y creciendo junto a una
rosita sin jardinero
tengo la flor de un “te quiero”
para tu pelo de luna
Todo esto, junto al río,
en mi cabaña desierta
Piénsalo bien, amor mío...
Tengo el caballo a la puerta .

Manuel Benítez Carrasco

14 de noviembre de 2007

MANIFIESTO


Señoras y señores
Esta es nuestra última palabra.
-Nuestra primera y última palabra-
Los poetas bajaron del Olimpo.
Para nuestros mayores
La poesía fue un objeto de lujo
Pero para nosotros
Es un artículo de primera necesidad:
No podemos vivir sin poesía.
A diferencia de nuestros mayores
-Y esto lo digo con todo respeto-
Nosotros sostenemos
Que el poeta no es un alquimista
El poeta es un hombre como todos
Un albañil que construye su muro:
Un constructor de puertas y ventanas.
Nosotros conversamos
En el lenguaje de todos los días
No creemos en signos cabalísticos.
Además una cosa:
El poeta está ahí
Para que el árbol no crezca torcido.
Este es nuestro lenguaje.
Nosotros denunciamos al poeta demiurgo
Al poeta Barata
Al poeta Ratón de Biblioteca.
Todo estos señores
-Y esto lo digo con mucho respeto-
Deben ser procesados y juzgados
Por construir castillos en el aire
Por malgastar el espacio y el tiempo
Redactando sonetos a la luna
Por agrupar palabras al azar
A la última moda de París.
Para nosotros no:
El pensamiento no nace en la boca
Nace en el corazón del corazón.
Nosotros repudiamos
La poesía de gafas obscuras
La poesía de capa y espada
La poesía de sombrero alón.
Propiciamos en cambio
La poesía a ojo desnudo
La poesía a pecho descubierto
La poesía a cabeza desnuda.
No creemos en ninfas ni tritones.
La poesía tiene que ser esto:
Una muchacha rodeada de espigas
O no ser absolutamente nada.
Ahora bien, en el plano político
Ellos, nuestros abuelos inmediatos,
¡Nuestros buenos abuelos inmediatos!
Se refractaron y dispersaron
Al pasar por el prisma de cristal.
Unos pocos se hicieron comunistas.
Yo no sé si lo fueron realmente.
Supongamos que fueron comunistas,
Lo que sé es una cosa:
Que no fueron poetas populares,
Fueron unos reverendos poetas burgueses.
Hay que decir las cosas como son:
Sólo uno que otro
Supo llegar al corazón del pueblo.
Cada vez que pudieron
Se declararon de palabra y de hecho
Contra la poesía dirigida
Contra la poesía del presente
Contra la poesía proletaria.
Aceptemos que fueron comunistas
Pero la poesía fue un desastre
Surrealismo de segunda mano
Decadentismo de tercera mano,
Tablas viejas devueltas por el mar.
Poesía adjetiva
Poesía nasal y gutural
Poesía arbitraria
Poesía copiada de los libros
Poesía basada
En la revolución de la palabra
En circunstancias de que debe fundarse
En la revolución de las ideas.
Poesía de círculo vicioso
Para media docena de elegidos:
"Libertad absoluta de expresión".
Hoy nos hacemos cruces preguntando
Para qué escribirían esas cosas
¿Para asustar al pequeño burgués?
¡Tiempo perdido miserablemente!
El pequeño burgués no reacciona
Sino cuando se trata del estómago.
¡Qué lo van a asustar con poesías!
La situación es ésta:
Mientras ellos estaban
Por una poesía del crepúsculo
Por una poesía de la noche
Nosotros propugnamos
La poesía del amanecer.
Este es nuestro mensaje,
Los resplandores de la poesía
Deben llegar a todos por igual
La poesía alcanza para todos.
Nada más, compañeros
Nosotros condenamos
-Y esto sí que lo digo con respeto-
La poesía de pequeño dios
La poesía de vaca sagrada
La poesía de toro furioso.
Contra la poesía de las nubes
Nosotros oponemos
La poesía de la tierra firma
-Cabeza fría, corazón caliente
Somos tierrafirmistas decididos-
Contra la poesía de café
La poesía de la naturaleza
Contra la poesía de salón
La poesía de la plaza pública
La poesía de protesta social.
Los poetas bajaron del Olimpo.

Nicanor Parra

13 de noviembre de 2007

EL SUEÑO DEL CAIMAN



Enorme tronco que arrastró la ola,
yace el caimán varado en la ribera:
espinazo de abrupta cordillera,
fauces de abismo y formidable cola.

El sol lo envuelve en fúlgida aureola;
y parece lucir cota y cimera,
cual monstruo de metal que reverbera
y que al reverberar se tornasola.

Inmóvil como un ídolo sagrado,
ceñido en mallas de compacto acero,
está ante el agua extático y sombrío,

a manera de un príncipe encantado
que vive eternamente prisionero
en el palacio de cristal de un río.

José Santos Chocano

12 de noviembre de 2007

LA CITA



Me he ceñido toda con un manto negro.
Estoy toda pálida, la mirada extática.
Y en los ojos tengo partida una estrella.
¡Dos triángulos rojos en mi faz hierática!

Ya ves que no luzco siquiera una joya,
ni un lazo rosado, ni un ramo de dalias.
Y hasta me he quitado las hebillas ricas
de las correhuelas de mis dos sandalias.

Mas soy esta noche, sin oros ni sedas,
esbelta y morena como un lirio vivo.
Y estoy toda ungida de esencias de nardos,
y soy toda suave bajo el manto esquivo.

Y en mi boca pálida florece ya el trémulo
clavel de mi beso que aguarda tu boca.
Y a mis manos largas se enrosca el deseo
como una invisible serpentina loca.

Juana de Ibarbourou

INVENCION DE LA MUERTE


Esa sombra
La veréis alargarse cada vez como un agua vertida
sin remedio
como un manto cayendo despacio de sus hombros
como si fuese él mismo arrepentido que quisiera
volver sobre sus pasos
-reptil de limpia muerte sin cadáver-

La veréis ahilar su arroyo
sobre un suelo
por siempre horizontal a la aventura

Y será también la única
que dormirá con él reconciliada
con la sombra total
de que se desgajó
enemiga de todos los espejos un día.

Josefina Pla

11 de noviembre de 2007

A UN OLMO SECO



Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo,
algunas hojas verde le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que, rojo en el hogar, mañana
ardas, de alguna mísera caseta
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje,
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

Antonio Machado

8 de noviembre de 2007

SABE EL TIEMPO A VACIO




Sabe el tiempo a vacio
y tanto me acosa tu recuerdo
que asemeja ser viento de otoño.
Te hablo de tantas ausencias
como estrellas.
Si la calle no durmiera,
si alguna risa...
Cómo saberte
si me hiela el mar sin gaviotas,
la huída de tanta razón.
El soliloquio, tan triste,
que me llega
desde tu lejanía.
Cómo decirte
que el tiempo ya no es.

Felipe Servulo

6 de noviembre de 2007

ME ESTAN LLAMANDO LAS COROLAS




Me estan llamando las corolas
y ebrio de ti,
dispersas mis sentidos
y te busco. Duerme
muy lejos la ciudad
y te sorprende este mal vivir.
El sur errante de mis manos
que te palpitan,
la sencilla geometría de las flores
y esta urgencia por quererte.

Felipe Servulo

NO QUIERO ROSAS


No quiero rosas, con tal que haya rosas.
Las quiero sólo cuando no las pueda haber.
¿Qué voy a hacer con las cosas
que cualquier mano puede coger?
No quiero la noche sino cuando la aurora
la hizo diluirse en oro y azul.
Lo que mi alma ignora
eso es lo que quiero poseer.
¿Para qué?... Si lo supiese, no haría
versos para decir que aún no lo sé.
Tengo el alma pobre y fría...
Ah, ¿con qué limosna la calentaré?

Fernando Pessoa

2 de noviembre de 2007

LA DUQUESA JOB



En dulce charla de sobremesa,
mientras devoro fresa tras fresa
y abajo ronca tu perro "Bob",
te haré el retrato de la duquesa
que adora a veces al duque Job.

No es la condesa de Villasana
caricatura, ni la poblana
de enagua roja, que Prieto amó
No es la criadita de pies nudosos,
ni la que sueña con los gomosos
y con los gallos de Micoló.

Mi duquesita, la que me adora,
no tiene humos de gran señora.
Es la griseta de Paul de Cock.
No baila bostón y desconoce
de las carreras el alto goce,
y los placeres del five o'clock.

Pero ni el sueño de algún poeta,
ni los querubes que vio Jacob,
fueron tan bellos cual la coqueta
de ojitos verdes, rubia griseta
que adora a veces al duque Job.

Si pisa alfombras no es en su casa;
si por Plateros alegre pasa
y la saluda Madam Marnat,
no es, sin disputa, porque la vista,
si porque a casa de otra modista
desde temprano rápida va.

No tiene alhajas mi duquesita,
pero es tan guapa y es tan bonita
y tiene un perro tan v'lan, tan pschutt,
de tal manera trasciende a Francia
que no la igualan en elegancia
ni la clientela de Hélene Kossut.

Desde las puertas de la Sorpresa
hasta la esquina del Jockey Club,
no hay española, yanqui o francesa,
ni más bonita ni más traviesa
que la duquesa del duque Job.

¡Cómo resuena su taconeo
en las baldosas! ¡Con qué meneo
luce su talle de tentación!
¡Con qué airecito de aristocracia
mira a los hombres, y con qué gracia
frunce los labios - ¡Mimí Pinsón!

Si alguien la alcanza, si la requiebra,
ella, ligera como una cebra,
sigue camino del almacén;
pero, ¡ay del tuno si alarga el brazo!
Nadie se salva del sombrillazo
que le descarga sobre la sien!

¡No hay en el mundo mujer más linda!
Pie de andaluza, boca de guinda,
sprint rociado de Veuve Clicquot
talle de avispa, cutis de ala,
ojos traviesos de colegiala
como los ojos de Louise Theo.

Ágil, nerviosa, blanca, delgada,
media de seda bien restirada,
gola de encaje, corsé de "¡crac",
nariz pequeña, garbosa, cuca,
y palpitantes sobre la nuca
rizos tan rubios como el coñac.

Sus ojos verdes bailan el tango;
nada hay más bello que el arremango
provocativo de su nariz.
Por ser tan joven y tan bonita,
cual mi sedosa, blanca gatita,
diera sus pajes la emperatriz.

¡Ah! Tú no has visto cuando se peina,
sobre sus hombros de rosa reina
caer los rizos en profusión.
Tú no has oído qué alegre canta
mientras sus brazos y su garganta
de fresca espuma cubre el jabón.

Y los domingos, ¡con qué alegría!,
oye en su lecho bullir el día
y hasta las nueve quieta se está!
¡Cuál se acurruca la perezosa
bajo la colcha color de rosa,
mientras a misa la criada va!

La breve cofia de blanco encaje
cubre sus rizos, el limpio traje
aguarda encima del canapé.
Altas, lustrosas y pequeñitas,
sus puntas muestran las dos botitas,
abandonadas del catre al pie,

Después, ligera, del lecho brinca,
¡oh quién la viera cuando se hinca
blanca y esbelta sobre el colchón!
¿Que valen junto de tanta gracia
las niñas ricas, la aristocracia,
ni mis amigas del cotillón?

Toco; se viste; me abre; almorzamos;
con apetito los dos tomamos
un par de huevos y un buen beefsteak,
media botella de rico vino,
y en coche, juntos, vamos camino
del pintoresco Chapultepec.

Desde las puertas de la Sorpresa
hasta la esquina del Jockey Club
no hay española, yanqui o francesa,
ni más bonita ni más traviesa
que la duquesa del duque Job.

Manuel Gutiérrez Najera

ULTIMO BRINDIS


Lo queramos o no
sólo tenemos tres alternativas:
el ayer, el presente y el mañana.

Y ni siquiera tres,

porque como dice el filósofo
el ayer es el ayer,
nos pertenece sólo en el recuerdo:
a la rosa que ya se deshojó
no se le puede sacar otro pétalo.

Las cartas por jugar

son solamente dos:
el presente y el día de mañana.

Y ni siquiera dos,

porque es un hecho bien establecido
que el presente no existe
sino en la medida en que se hace pasado
y ya pasó...,
como la juventud.

En resumidas cuentas

sólo nos va quedando el mañana:
yo levanto mi copa
por ese día que no llega nunca
pero que es lo único
de lo que realmente disponemos.

Nicanor Parra