CafePoetas es un Blog sin animo de lucro donde se rinde homenaje a poetas de ayer, hoy y siempre.

29 de diciembre de 2006

RIMA XVII - YO SE CUAL EL OBJETO DE TUS SUSPIROS ES




Yo sé cuál el objeto
de tus suspiros es;
yo conozco la causa de tu dulce
secreta languidez.

¿Te ríes?... Algún día
sabrás, niña, por qué:
tú lo sabes apenas
y yo lo sé.

Yo sé cuando tu sueñas,
y lo que en sueños ves;
como en un libro puedo lo que callas
en tu frente leer.

¿Te ríes?... Algún día
sabrás, niña, por qué:
tú lo sabes apenas
y yo lo sé.

Yo sé por qué sonríes
y lloras a la vez.
yo penetro en los senos misteriosos
de tu alma de mujer.

¿Te ríes?... Algún día
sabrás, niña, por qué:
mientras tu sientes mucho y nada sabes,
yo que no siento ya, todo lo sé.

Gustavo Adolfo Bécquer

26 de diciembre de 2006

CARTA



Con letras ya borradas por los años
En un papel que el tiempo a carcomido
Símbolo de pasados desengaños
Guardo esta carta que sello el olvido.

La escribió una mujer joven y bella.
Descubriré su nombre? No, no quiero!
Pues siempre he sido por mi buena estrella
Para todas las damas caballero.

Que ser no espero en vano
Algo que si se frustra mortifica?
Misterios que al papel lleva la pluma
El tiempo los descubre y los publica.

Aquellos que me juzgaron feliz
En amores, que halagan mi amor propio
Aprendan de memoria lo que dice
La triste historia que a la letra copio:

“Dicen que las mujeres solo lloran
Cuando quieren fingir hondos pesares,
Los que tan falsa máxima atesoran
Muy torpes deben ser o muy vulgares.

Si cayera mi llanto hasta las hojas
Donde temblando esta la mano mía
Para poder decirte mis congojas
Con lágrimas mi carta escribiría.

Mas si el llanto es tan claro que no pinta
Y hay que usar de otra tinta más oscura
La negra escogeré porque es la tinta
Donde más se refleja mi amargura.

Aunque no soy para soñar esquiva
Se que para soñar nací despierta.
Me he sentido morir y aun estoy viva,
Tengo ansias de vivir y ya estoy muerta

Me acosan del dolor fieros vestigios.
Que amargas son las lágrimas primeras
Pesan sobre mi vida veinte siglos
Y apenas cumplo veinte primaveras.

En esta horrible lucha en que batallo
Aun cuando de tu consuelo imploro,
Quiero decir que lloro y me lo callo
Y más risueña estoy cuando mas lloro.

¿Porque te conocí? Cuando temblando
De pasión, solo entonces no mentida
Me llegaste a decir: te estoy amando
Con un amor que es vida de mi vida!

¿Que te respondí yo? Baje la frente,
Triste y convulsa, te estreche la mano
Porque un amor que nace tan vehemente
Es natural que muera muy temprano.

Tus versos para mí conmovedores
Los juzgue flores puras y divinas
Olvidando, insensata, que las flores
Todo lo pierden menos las espinas.

Yo que, como mujer, soy vanidosa,
Me vi feliz creyéndome adorada
Sin ver que la ilusión es una rosa
Que vive solamente una alborada.

Cuantos de los crepúsculos que admiras
Pasamos entre dulces vaguedades,
Las verdes creyéndolas mentiras,
Las mentiras creyéndolas verdades.

Me hablabas de tu amor, y absorta y loca,
Me imaginaba estar dentro de un cielo.
Y al contemplar mis ojos y mi boca,
Tu misma sombra me causaba celo.

Al verme embelezada al escucharte,
Clamaste – aprovechando mí embeleso –
“Déjame arrodillarme para adorarte”
Y al verte de rodillas te di un beso.

Te bese con arrojo, no se asombre
Un alma escrupulosa y timorata,
La insensatez no es culpa. Bese a un hombre,
Porque toda pasión es insensata.

Debo confesar que un beso ardiente
Aunque robe la dicha y el sosiego,
Es el placer más grande que se siente
Cuando se tiene un corazón de fuego.

Cuando toque tus labios fue preciso
Soñar que aquel placer se hiciera eterno,
Mujeres: es el beso un paraíso
Por donde entramos muchas al infierno.

Después de aquella vez. En otras muchas,
Apasionado tú, yo enternecida,
Quedaste vencedor en esas luchas
Tan dulces en la aurora de la vida.

Cuantas promesas, cuantos devaneos!
El gran amor con el desden se paga,
Toda llama que avivan los deseos
Pronto encuentra la nieve que la apaga.

Te quisiera culpar y no me atrevo.
Es, después de gozar justo el hastío,
Yo, que soy un cadáver que me muevo
Del amor de mi madre desconfío.

Me engañaste. Y no te hago ni un reproche,
Era tu voluntad y fue mi anhelo,
Reza, dice mi madre en cada noche,
Y tengo miedo de invocar al cielo.

Pronto voy a morir, esa es mi suerte,
Quien se opone a las leyes del destino?
Aunque es camino oscuro el de la muerte
Quien no llega a cruzar ese camino?

En el te encontrare, todo derrumba
El tiempo, y tú caerás bajo su peso,
Tengo que devolverte en ultratumba
Todo el mal que me diste con un beso.

Mañana he de vivir en tu memoria?
Mostrar a Dios podremos nuestra historia
En aquella región quizá sombría.
Adiós……adiós………hasta el terrible día”

Leí esas líneas y en eterna ausencia
Esa cita fatal vivo esperando…
Y sintiendo la noche en mi conciencia,
Guarde la carta, y me quede llorando.

Juan de Dios Peza

23 de diciembre de 2006

PASION




Tú tienes, para mí, todo lo bello
que cielo, tierra y corazón abarcan;
la atracción estelar ¡de esas estrellas
que atraen como tus lágrimas!;

II
La sinfonía sacra de los seres,
los vientos, los bosques y las aguas,
en el lenguaje mudo de tus ojos
que, mirándome, hablan;

III
Los atrevidos rasgos de las cumbres
que la celeste inmensidad asaltan,
en las gentiles curvas de tu seno...
¡oh, colina sagrada!

IV
Y el desdeñoso arrastre de las olas
sobre los verdes juncos y las algas,
en el raudo vagar de tu memoria
por mi vida de paria.

V
Yo tengo, para ti, todo lo noble
que cielo, tierra y corazón abarcan;
el calor de los soles, ¡de los soles
que, como yo, te aman!;

VI
El gemido profundo de las ondas
que mueren a tus pies sobre la playa,
en el tapiz purpúreo de mi espíritu
abatido a tus plantas;

VII
La castidad celeste de los besos
de tu madre bendita, en la mañana,
en la caricia augusta con que tierna
te circunda mi alma.

VIII
¡Tu tienes, para mí todo lo bello;
yo tengo para ti, todo lo que ama;
tú, para mí, la luz que resplandece,
yo, para ti, sus llamas!

Almafuerte

19 de diciembre de 2006

CANCION DEL AMOR PROHIBIDO





Sólo tú y yo sabemos lo que ignora la gente
al cambiar un saludo ceremonioso y frío,
porque nadie sospecha que es falso tu desvío,
ni cuánto amor esconde mi gesto indiferente.

Sólo tú y yo sabemos por qué mi boca miente,
relatando la historia de un fugaz amorío;
y tú apenas me escuchas y yo no te sonrío...
y aún nos arde en los labios algún beso reciente.

Sólo tú y yo sabemos que existe una simiente
germinando en la sombra de este surco vacío,
porque su flor profunda no se ve, ni se siente.

Y así dos orillas tu corazón y el mío,
pues, aunque las separa la corriente de un río,
por debajo del río se unen secretamente.

Jose Angel Buesa

15 de diciembre de 2006

RIMA LXXX - AIRE QUE BESA, CORAZON QUE LLORA





Aire que besa, corazón que llora,
águila del dolor y la pasión,
cruz resignada, alma que perdona...
eso soy yo.

Serpiente del amor, risa traidora,
verdugo del ensueño y de la luz,
perfumado puñal, beso enconado...
eso eres tú.


Gustavo Adolfo Bécquer

8 de diciembre de 2006

A NIEBLA MI PERRO



«Niebla», tú no comprendes: lo cantan tus orejas,
el tabaco inocente, tonto, de tu mirada,
los largos resplandores que por el monte dejas,
al saltar, rayo tierno de brizna despeinada.
Mira esos perros turbios, huérfanos, reservados,
que de improviso surgen de las rotas neblinas,
arrastrar en sus tímidos pasos desorientados
todo el terror reciente de su casa en ruinas.
A pesar de esos coches fugaces, sin cortejo,
que transportan la muerte en un cajón desnudo;
de ese niño que observa lo mismo que un festejo
la batalla en el aire, que asesinarle pudo;
a pesar del mejor compañero perdido,
de mi más que tristísima familia que no entiende
lo que yo más quisiera que hubiera comprendido,
y a pesar del amigo que deserta y nos vende;
«Niebla», mi camarada,
aunque tú no lo sabes, nos queda todavía,
en medio de esta heroica pena bombardeada,
la fe, que es alegría, alegría, alegría.

Rafael Albertti

6 de diciembre de 2006

BESOS


Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.

Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.

Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.

Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie a descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.

Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.

Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.

Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.

Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.

Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.

Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.

¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenaron sé de lágrimas tus ojos.

¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.

Yo te enseñe a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.

Gabriela Mistral

5 de diciembre de 2006

SEÑOR.


Señor, serenas son
Todas las horas
Que derrochamos, si en
Malgastarlas,
Como en un jarrón,
Colocamos flores.

No hay tristezas
Ni alegrías tampoco
En nuestra vida.
Luego déjanos aprender,
irreflexivamente sabios,
A no vivirla.

Sino a dejarla flotar,
Tranquila, serena,
Permitiendo que los niños
Sean nuestros profesores
y que nuestros ojos sean
Colmados por la Naturaleza.

A la orilla de la corriente,
Al borde ,de la carretera,
Cae erguida-
Siempre en el mismo
Respiro de luz
De estar vivos.

El tiempo pasa,
No nos dice nada.
Crecemos envejecidos.
Déjanos aprender, como si
irónicamente,
Nos observara partir.

Es inútil mientras
Hacemos un gesto.
No hay resistencia
Al dios cruel
Devorador sempiterno
De sus hijos.

Permítenos recoger las flores,
Permítenos humedecer
Éstas nuestras manos
En los apacibles riachuelos,
De los cuales debemos aprender
A ser apacibles como ellos.

Los girasoles siempre
Están mirando hacia el sol,
Déjanos marchar de la vida
Tranquilos, sin abrigar
Siquiera el remordimiento
De haber vivido.

Fernando Pessoa

3 de diciembre de 2006

EL AMOR REALIZADO



XII
El amor realizado es un sorbo de muerte
que nos pasa los labios, que se filtra en las venas.
El alma que nos cambia es más ancha y vacía:
más triste y más sedienta, la boca que nos deja.

Dentro del corazón, alárgase una sombra
cada vez que los labios su antiguo vaso llenan.
El amor realizado aguza en nuestros ojos
del imposible anhelo la trémula saeta,
y es paso que prolonga, en cruel hechizo mágico,
ante la planta laxa la cansadora meta...

Amor: perfecto guía para ir al encuentro
del dolor apostado al fin de cada senda...

Josefina Plá

1 de diciembre de 2006

PARA ENTONCES


Quiero morir cuando decline el día,
en alta mar y con cara al cielo;
donde parezca un sueño la agonía,
y el alma, un ave que remonta vuelo.

No escuchar en los últimos instantes,
ya, con el cielo y el mar a solas,
más voces ni plegarias sollozantes
que el majestuoso tumbo de las olas.

Morir cuando la luz, triste retira

sus áureas redes de la onda verde,
y ser como ese sol que lento expira:
algo muy luminoso que se pierde.

Morir, y joven: antes que destruya

el tiempo aleve la gentil corona;
cuando la vida dice aún: soy tuya,
¡aunque sepamos bien que nos traiciona!

Manuel Gutierrez Najera