CafePoetas es un Blog sin animo de lucro donde se rinde homenaje a poetas de ayer, hoy y siempre.

29 de agosto de 2012

JANELAS FECHADAS



As janelas estão fechadas
Porque lá fora chove muito...
Chove chuva
De todas as maneiras.
Chuva forte e miudinha
Leve e grossa...
Que entra no meu corpo...
E neste desencontro
De força e de carinho...
A chuva bate no meu rosto
E sinto o seu bater
Com a suavidade
De quem me procura...
Para me poder deixar...


....Apenas....

Lilli Laranjo

22 de agosto de 2012

MILONGA



Sobre las mesas,
botellas decapitadas de champagne con corbatas blancas de payaso,
baldes de níquel que trasuntan enflaquecidos brazos y espaldas de cocotes

El bandoneón canta con esperezos de gusano baboso,
contradice el pelo rojo de la alfombra,
imana los pezones, los pubis y la punta de los zapatos.

Machos que se quiebran en corte ritual, la cabeza hundida entre los hombros,
la jeta hinchada de palabras soeces.

Hembras con las ancas nerviosas,
un poquito de espuma en las axilas y los ojos demasiado aceitados.

De pronto se oye un fracaso de cristales.

Las mesas dan un corcovo y pegan cuatro patadas en el aire.

Un enorme espejo se derrumba con las columnas y la gente que tenía  dentro;
 mientras en un oleaje de brazos y de espaldas estallan las trompadas,
como una rueda de cohetes de bengala.
Junto con el vigilante, entra la aurora vestida de violeta.

Oliverio Girondo

15 de agosto de 2012

ELEGIA POR NOSOTROS




Erguida en tu silencio y en tu orgullo,
no sé con qué señor que te enamora,
comentas a manera de murmullo:
¡Mirad ese es el hombre que me adora!

Yo paso como siempre, absorto,... mudo,
y tú nerviosamente te sonríes,
sabiendo que detrás de mi saludo,
te ahondas y después te me deslíes.

Yo sé que ni te busco, ni te sigo,
que nada te mendigo, ni reclamo,
comento, nada más con un amigo:
"Esa es la mujer que yo más amo".

Yo sé que mi cariño recriminas,
es claro tú no entiendes de esas cosas,
qué sabe del perfume y las espinas,
quien nunca estuvo al lado de las rosas.

Tú sabes que jamás suplico nada,
y me sabes cautivo de tus huellas,
que vivo en la región de tu mirada,
y comparto contigo las estrellas.

Un día nos veremos nuevamente,
y es lógico que bajes la cabeza,
tendrás muchas arrugas en la frente,
y el rostro entristecido y sin belleza.

Serás menos sensual en la cadera,
tus ojos no tendrán aquel hechizo,
y aún murmuraré- ¡Si me quisiera!
tú sólo pensarás: ¡Cuánto me quiso!

Jose Angel Buesa

8 de agosto de 2012

ORACION DE UN DESOCUPADO


Padre,
desde los cielos bájate, he olvidado
las oraciones que me enseñó la abuela,
pobrecita, ella reposa ahora,
no tiene que lavar, limpiar, no tiene
que preocuparse andando el día por la ropa,
no tiene que velar la noche, pena y pena,
rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.

Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,
que me muero de hambre en esta esquina,
que no sé de qué sirve haber nacido,
que me miro las manos rechazadas,
que no hay trabajo, no hay,
bájate un poco, contempla
esto que soy, este zapato roto,
esta angustia, este estómago vacío,
esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre
cavándome la carne,
este dormir así,
bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
tócame el alma, mírame
el corazón,
yo no robé, no asesiné, fui niño
y en cambio me golpean y golpean,
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
si estás, que busco
resignación en mí y no tengo y voy
a agarrarme la rabia y a afilarla
para pegar y voy
a gritar a sangre en cuello
de "Violín y otras cuestiones"

Juan Gelman

3 de agosto de 2012

HOJAS


¿Ves aquel sauce, bien mío,
que, en doliente languidez,
se inclina al cauce sombrío,
enamorado tal vez
de las espumas del río?

¿Oyes el roce constante
de su ramaje sediento,
y aquel suspiro incesante
que de su copa oscilante
arranca tímido el viento?

Mañana, cuando sus rojas
auroras pierda el estío,
lo verás, húmedo y frío,
ir arrojando sus hojas
sobre la espuma del río;

¡Y que ella, en rizos livianos
llevando la hoja caída,
las selvas cruza y los llanos...
para dejarla sin vida
en los recodos lejanos!

¡Ah! ¡cuán ingrata serías,
y cuán hondo mi dolor,
si estas hojas, que son mías,
abandonara, ya frías,
como la espuma, tu amor!

Rafael Obligado