CafePoetas es un Blog sin animo de lucro donde se rinde homenaje a poetas de ayer, hoy y siempre.

31 de mayo de 2012

SENCILLOS DESEOS


Hoy quisiera tus dedos escribiéndome historias en el pelo
y quisiera besos en la espalda
acurrucos
que me dijeras las más grandes verdades
o las más grandes mentiras
que me dijeras por ejemplo
que soy la mujer más linda del mundo
que me querés mucho
cosas así
tan sencillas
tan repetidas,
que me delinearas el rostro
y me quedaras viendo a los ojos
como si tu vida entera dependiera de que los míos sonrieran
alborotando todas las gaviotas en la espuma.

Cosas quiero como que andes mi cuerpo
camino arbolado y oloroso,
que seas la primera lluvia del invierno
dejándote caer despacio
y luego en aguacero.

Cosas quiero como una gran ola de ternura
deshaciéndome
un ruido de caracol
un cardumen de peces en la boca
algo de eso
frágil y desnudo
como una flor a punto de entregarse a la primera luz de la
mañana
o simplemente una semilla, un árbol
un poco de hierba
una caricia que me haga olvidar
el paso del tiempo
la guerra
los peligros de la muerte.


Gioconda Belli

28 de mayo de 2012

IDIOMA CASTELLANO


Verbo macizo y señorial, lenguaje
de recia y transparente arquitectura.
Voz extrañada de la tierra pura,
la tierra paridora del linaje.

Horadas la centurias de tu mensaje,
urdido de vigor y de finura,
de grande consistencia en su textura:
oro, marfil, piedra preciosa, encaje.

La rancidez de tu riqueza brilla
en los viejos infolios de Castilla,
que prestigiase el imperial sigilo.

Suma de eternidades, tus legados
ofrecen, por las gracias enhebrados,
los más nobles decires en su estilo.

Evaristo Ribera Chevremont

25 de mayo de 2012

CELOS

(Seguidilla)




Rayos de sol parece
tu cabellera,
tus ojos esmeraldas,
tus dientes perlas.
Tiene tu cara,
tacto de terciopelo
brillo de nácar.

Dos pétalos de rosa
llevas por labios
y quien fuera rocío
para besarlos;
que solo ansío
tenerte entre mis brazos
cariño mío.

Por ser un cielo, encima
de tu cintura,
un plenilunio llevas
de doble luna.
Si yo pudiera
un collar te pondría
lleno de estrellas.

De tus caderas niña,
el movimiento,
parece de las olas
el balanceo;
unos tu proa,
admiran con lascivia
y otros tu popa.

Que son como cuchillos
esas miradas
que hacia ti se dirigen
y en mi se clavan.
Así sucede
que los celos no matan;
pero sí hieren.

José María Criado Lesmes.

22 de mayo de 2012

TERCERA PALINODIA: DETRAS DE LO GRIS




Ah, yo quiero vivir
dentro del orden general
de tu mundo.
Necesito vivir entre los hombres.

Veo un árbol: sus brazos ya en angustia
o ya en delicia lánguida
proclaman su verdad:
su alma de árbol se expresa,
irreductiblemente única.

Pero el hombre que pasa junto a mí
el hombre moderno
con sus radios, con sus quinielas, con sus películas sonoras
con sus automóviles de suntuosa hojalata
o con sus tristes vitaminas,
mudo tras su etiqueta que dice «comunismo» o «democracia» dice,
con apagados ojos y un alma de ceniza
¿que es?, ¿quién es?

¿Es una mancha gris, un monstruo gris?

Monstruo gris, gris profundo,
profundamente oculta sus amores, sus odios,
gris en su casa,
gris en su juego,
en su trabajo, gris,
hombre gris, de gris alma.

Yo quiero, necesito,
mirarle allá a la hondura de los ojos, conocerle,
arrancarle su careta de cemento,
buscarle por detrás de sus tristes rutinas.

Por debajo de sus fórmulas de lorito
real (¡Pase usted! ¡Tanto gusto!),
aventarle sus tumbas de ceniza
huracanarle su cloroformo diario.

Un día llegará en que lo gris se rompa,
y tus bandos resuenen arcangélicos,
oh gran Dios.

Dime, Dios mío, que tu amor refulge
detrás de la ceniza.
Dame ojos que penetren tras lo gris
la verdad de las almas,
la hermosa desnudez de tu imagen:
el hombre.


Damaso Alonso

19 de mayo de 2012

SALMO DE LAS MADERAS


Hay maderas oscuras y profundas como tus ojos y tus cabellos.
Porque tus ojos y tus cabellos son como maderas profundas y charoladas.

Hay maderas suaves y livianas como tu piel y tu alegría.
Porque tu piel y tu alegría son como maderas suaves y livianas.

Hay maderas recias y macizas como tus piernas y tus espaldas.
Porque tus piernas y tus espaldas son como maderas recias y macizas.

Hay maderas húmedas y rojas como la piel de tus labios y de tu lengua.
Porque la piel de tus labios y de tu lengua es como una madera roja y
empapada de savia.

Hay maderas olorosas y vivas como el olor de tu cuerpo.
Porque el olor de tu cuerpo es como el olor de las maderas cortadas en
los tiempos de lluvias.

Hay maderas que al ser trabajadas dan notas musicales y perfectas.
Tu amor es una nota musical y perfecta como el sonido que dan ciertas
maderas cuando son trabajadas.

Hay maderas que se quejan en las noches de lluvia y en las tardes de
tormenta.
Porque eres triste, y esto te embellece y purifica, te pareces a esas
maderas que se quejan en las noches de lluvia y en las tardes de tormenta.

Hay maderas que tienen un sabor y perfume tan propios que, cuando se
las huele o se las besa, ya no son olvidadas nunca más en la vida.
Porque eres fatalmente inolvidable, te pareces a esas maderas que se
recuerdan hasta la muerte cuando se las huele o se las besa.

Jorge de Bravo

16 de mayo de 2012

PALABRAS PARA NOMBRAR A LOS MIOS


Federico:
te he visto, aquí, sentado, sobre una piedra negra,
frente al mar que amansaba su furor en la playa,
mientras el sol pulía tu perfil de gitano
sobre el remolino limbo de la tarde dormida.

Te he visto así: sentado, con la camisa abierta
calcinando tu pecho bruñido de marino;
apagando las voces de tu guitarra ardiente
con el opaco grito de un puñado de arena.

Verde gitano nuestro que maduró la muerte
cuando pasen mil años, junto a esta misma piedra,
la misma arena amarga que levantó tu mano
aún estará llorando tu nombre amanecido.

Cuando te arrodillaste sobre la tierra tuya
el mar, que oreó tu pecho con su aliento de yodo,
calló... Las caracolas rumorosas de música
apagaron de pronto sus milenarios cánticos.

Granos de terciopelo de la arena marítima;
caminos de los vientos que se llevan los sueños;
noches enloquecidas por júbilos de mundos;
alas que traen y llevan su música encendida;
todo: viento y arena; mundos y alas y noches
lloran albas de sangre sobre tu nombre claro.

Federico: los años han secado tus carnes;
en ellas han penetrado gusanos de la tierra;
pero tu voz remota, poderosa de símbolos,
como el mar, no está muerta...
Entre un vuelo de albatros y un tumulto de estrellas,
se volvió al infinito tu fiesta de canciones.

Cuando pasen mil años, junto a esta misma piedra
que destacó tu estampa sobre el telón atlántico,
aún estaré esperando que otra música análoga
taladre el laberinto de cal de mis oídos.

Herib Campos Cervera

13 de mayo de 2012

VOY A HACERTE FELIZ


Voy a hacerte feliz. Sufrirás tanto
que le pondrás mi nombre a la tristeza.
Mal contrastada, en tu balanza empieza
la caricia a valer menos que el llanto.

Cuánto me vas a enriquecer y cuánto
te vas a avergonzar de tu pobreza,
cuando aprendas -a solas- qué belleza
tiene la cara amarga del encanto.

Para ser tan feliz como yo he sido,
besa la espina, tiembla ante la rosa,
bendice con el labio malherido,

juégate entero contra cualquier cosa.
Yo entero me jugué. Ya me he perdido.
Mira si mi venganza es generosa.

Antonio Gala

12 de mayo de 2012

CANCION PRIMAVERAL




I

Salen los niños alegres
de la escuela,
poniendo en el aire tibio
del abril, canciones tiernas.

¡Qué alegría tiene el hondo
silencio de la calleja!
Un silencio hecho pedazos
por risas de plata nueva.

II

Voy camino de la tarde
entre flores de la huerta,
dejando sobre el camino
el agua de mi tristeza.

En el monte solitario,
un cementerio de aldea
parece un campo sembrado
con granos de calaveras.

Y han florecido cipreses
como gigantes cabezas
que con órbitas vacías
y verdosas cabelleras,
pensativos y dolientes
el horizonte contemplan.

¡Abril divino, que vienes
cargado de sol y esencias,
llena con nidos de oro
las floridas calaveras!

Federico Garcia Lorca

10 de mayo de 2012

LA COLMENA


Colmena de la tarde,
diálogo del vergel:
la palabra es abeja,
pero el silencio es miel.

Jaime Torres Bodet

7 de mayo de 2012

ALABANZAS DE MI FRANCISCA


Yo te cantaré sobre cuerdas nuevas,
¡Oh, mi pequeña corza que te complaces
En la soledad de mi corazón!

Que te engalanen las guirnaldas,
¡Oh, mujer delicada
Que de los pecados nos redimes!

Como de un bienhechor Leteo,
Yo extraeré besos tuyos,
Que están impregnados de amor.

Cuando la tempestad de los vicios
Turbaba todos los caminos,
Tú apareciste, Deidad,

Como estrella salvadora
En los naufragios amargos...
—¡Yo ofrendaré mi corazón en tus altares!

Piscina desbordante de virtud,
Fuente eterna de Juvencio,
¡Vuélveles la voz a mis labios mudos!

Lo que era vil, tú lo has quemado;
Ruda, tú lo has allanado,
Débil, tú lo has afirmado.

En el hambre mi albergue,
En la noche mi lámpara,
Guíame siempre como es debido.

Agrega ahora fuerzas a mis fuerzas.
¡Dulce baño perfumado
Por los más suaves aromas!

Brilla alrededor de mis riñones
¡Oh, cinturón de castidad,
Templado en agua seráfica!;

Patera centelleante de gemas,
Pan realzado de sal, manjar delicado,
Vino divino, ¡Francisca!

Charles Baudelaire

4 de mayo de 2012

LA SOMBRA DE LAS MANOS



¡Oh enfermas manos ducales,
olorosas manos blancas!...

¡Qué pena me da miraros,
inmóviles y enlazadas,
entre los mustios jazmines
que cubren la negra caja!

¡Mano de marfil antiguo,
mano de ensueño y nostalgia,
hecha con rayos de luna
y palideces de nácar!

¡Vuelve a suspirar amores
en las teclas olvidadas!
¡Oh piadosa mano mística!
Fuiste bálsamo en la llaga
de los leprosos, peinaste
las guedejas desgreñadas
de los pálidos poetas;
acariciaste la barba
florida de los apóstoles
y de viejos patriarcas,
y en las fiestas de la carne,
como una azucena, pálida,
quedaste, en brazos de un beso,
de placer extenuada...

¡Oh manos arrepentidas!
¡Oh manos atormentadas!

¡En vosotras han ardido
los carbones de la Gracia!
¡En vuestros dedos de nieve
soñó amores la esmeralda;
fulguraron los diamantes
como temblorosas lágrimas,
y entreabrieron los rubíes
sus pupilas escarlata!

¡Junto al tálamo florido,
en la noche epitalámica,
temblorosas desatasteis
de una virgen las sandalias!
¡Encendisteis en el templo
los incensarios de plata,
y al pie del altar, inmóviles,
os elevasteis cruzadas
como un manojo de lirios
que rezase una plegaria!


¡Oh mano exangue, dormida
entre flores funerarias!
¡Los ricos trajes de seda,
esperando tu llegada,
envejecen en las sombras
de la alcoba salitaria!

¡En Ia argéntea rueca, donde
áureos ensueños hilabas,
hoy melancólicas tejen
sus tristezas las arañas!

¡Abierto te espera el clave,
y sus teclas empolvadas
aun de tus pálidos dedos
las blancas señales guardan!

En el jardín, las palomas
están tristes y calladas,
con la cabeza escondida
bajo el candor de las alas...

¡Sobre la tumba, el poeta
inclina la frente pálida,
y sus pupilas vidriosas
en el fondo de la caja
aún abiertas permanecen,
esperando tu llegada!

Blancas sombras, blancas sombras
de aquellas manos tan blancas,
que en las sendas florecidas
de mi juventud lozana
deshojaron la impoluta
margarita de mi alma...
¿Por qué oprimía en la noche
como un dogal mi garganta?

¡Blancas manos! ... Azucenas
por mis manos deshojadas...
¿Por qué vuestras finas uñas
en mi corazón se clavan?

¡Oh enfermas manos ducales,
olorosas manos blancas!.

¡Qué pena me da miraros
inmóviles y enlazadas,
entre los mustias jazmines
que cubren la negra caja!

Francisco Villaespesa

1 de mayo de 2012

SEGUNDA EVASION


-¿Quién encendió la lámpara perenne de la rosa?
¿Quién desató el pequeño enigma de la hoja,
de la apretada piedra donde habita el silencio?

Cuando el ángel pregunta ya deja de ser ángel;
la ignorancia es la espada desnuda que defiende
su rosa de inocencia;

la rosa que no sabe ella misma el origen
terrible de su nombre, de su propio fantasma
cerrado como un nudo de aroma hasta la muerte.

Franklin Mieses Burgos