CafePoetas es un Blog sin animo de lucro donde se rinde homenaje a poetas de ayer, hoy y siempre.

28 de febrero de 2019

FANTASIA













Bajo la pedrería de la noche estrellada,
borracho en el zafiro de un desmayo amoroso,
sueño en las pupilas morunas de mi amada
que habita en un castillo lejano y misterioso.


Nos amamos de lejos, pues un dragón rabioso
cuida los movimientos de mi novia encantada,
y ella, sin abatirse por su destino odioso,
hila místicamente tranquila y resignada.


¿La fuga? Será noche, cuando la primavera
vierta su cornucopia de luz en la pradera
y suene del convento la romántica esquila,


cuando mi amada anónima, que ni una queja exhala,
concluya, con sus dedos delicados, la escala
que hace tiempo en la rueca de su silencio hila.


Luis Pales Matos

27 de febrero de 2019

EPODO









Esa palabra que jamás asoma
a tu idioma cantado de preguntas,
ésa, desfalleciente,
que se hiela en el aire de tu voz,
sí, como una respiración de flautas
contra un aire de vidrio evaporada,
¡mírala, ay, tócala!
¡mírala ahora!
¡mírala, ausente toda palabra,
sin voz, sin eco, sin idioma, exacta,
mírala cómo traza
en muros de cristal amores de agua!




(De «Del Poema Frustrado,»

Jose Gorostiza

26 de febrero de 2019

EL OJO DE AGUA






Con los rumores de su eterno coro,
brota la fuente de la peña dura ...
¡el "Ojo de Agua" que, en su cuenca oscura,
de un cíclope en prisión derrama el lloro!


en tanto salta el surtidor sonoro
por la ancha verja, que el recinto mura,
tiembla en el fondo de la linfa pura
el pez de rosa con estrellas de oro.


En el misterio y en la sombra oriundo,
¿de qué hondo abismo o ignorada
orlilla surge a la luz el manantial profundo?


¡Raro prodigio! ¡Culta maravilla!
El pan de Dios lo tiene todo el mundo...
¡pero, el agua de Dios sólo Aguadilla!


Jose De Diego

25 de febrero de 2019

RETRATO DE GARCIA LORCA



Buscando raíces de alas
 la frente  se le desplaza
 a derecha  e izquierda.
Y sobre el remolino  de la cara 
se le fija,  telón del más allá, 
comba y ancha.

Una alimaña  le grita en la nariz 
que intenta aplastársele  enfurecida...
Irrumpe un griego  por sus ojos distantes.

Un griego  que sofocan de enredaderas 
las colinas andaluzas  de sus pómulos 
y el valle trémulo  de su boca.

Salta su garganta  hacia afuera 
pidiendo  la navaja lunada  de aguas filosas.
Cortádsela.  De norte a sud.  De este a oeste.

Dejad volar la cabeza, 
la cabeza sola, 
herida de ondas marinas  negras...
Y de caracolas de sátiro
 que le caen  como campánulas
 en la cara  de máscara antigua.

Apagadle  la voz de madera,  cavernosa, 
arrebujada  en las catacumbas nasales.
Libradlo de ella,  y de sus brazos dulces,
 y de su cuerpo terroso.

Forzadle sólo,  antes de lanzarlo  al espacio, 
el arco de las cejas  hasta hacerlos puentes
 del Atlántico,  del Pacífico...

Por onde los ojos, 
navíos extraviados, 
circulen  sin puertos  ni orillas...

Alfonsina Storni



24 de febrero de 2019

VALSE NOBLE









En la tarde suave y cálida,
Desde el diván carmesí,
Alzas fielmente hasta mí
Tus lentos ojos de pálida.


Con la espectral ilusión
De la hora que te importuna
Un vago pavor de luna
Te acerca a mi corazón.


Por el cielo angelical
Se ahonda en místico ascenso
La soledad de un inmenso
Plenilunio inmaterial;


Que encantando los jardines
Viene casi lastimero,
Delirado en un ligero
Frenesí de violines.


En escena baladí,
Te infunde su poesía
Tan dulce melancolía,
Que quieres morir así.


Con el mimo de estar triste,
Buscas mi arrullo más blando,
Y te sorprendes llorando
Lágrimas que no sentiste.



(....)



Algo eleva nuestro ser,
Y la calma de la luna,
Nos embarga como una
Blanca nave ... a no volver.


Leopoldo Lugones

23 de febrero de 2019

QUEBRA LA LUNA


Quebrá la luna entre tus manos,
hacela pedazos
y úntate de su polvo fino y negro.

Protejámonos de los símbolos
y de los sueños,
cubrámonos de las frustraciones
con una costra dura de realidad.

Aceptemos el día como día
y la noche como noche,
pasando por el tiempo
con la espalda recta y los ojos secos;
porque la mente no es dueña de la vida
y los deseos no son las leyes:
hay que acatar la moral y el orden,
revestirnos de una sonrisa de bolsillo,
apretarnos el corazón en un puño
y aceptar el sacrificio.


Gioconda Belli

22 de febrero de 2019

NOCHE DE SAN JUAN




Esta noche coruscan soles despavoridos
entre nubes monstruosas y en amontonamiento.
En la ciudad, cortada de voces y de ruidos,
vense irradiar los focos con enardecimiento.


Los buques aparecen negruzcos, irreales,
febriles, sonambólicas sus iluminaciones,
en el fuliginoso betún de los canales.
Las luces en el agua con finas reflexiones.


Su amplio fanal proyecta la farola del fuerte
sobre el mar, donde cárvase la endemoniada ola.
De orillas a horizontes, hervor blanco se advierte.
Alumbra las espumas la luz de la farola.


Música de otro tiempo desparrama la orquesta.
Ebulle el populacho, vivaz la fantasía.
Irrumpen en la noche de bullaje y de fiesta
los fuegos de artificio -fuego y policromía.


Evaristo Ribera Chevremont

21 de febrero de 2019

LA MEJOR COPLA




En el descanso de una jornada,
que si fue dura, si fue sangrienta,
por ha Victoria fue coronada,
junta a la hoguera que los calienta
enardecidos y decidores
con fe en la vida y alma contenta,
varios soldados cantan amores,
como quien quiere buscando flores
borrar el daño de la tormenta.


Harto seguro de su donaire,
toca uno de ellos una guitarra,
y una garganta que se desgarra
lanza esta copla, que roba el aire:


La heridita que me han hecho
es chiquitita y es roja:
¡bendiga Dios esta herida,
que me recuerda tu boca!


Con recios gritos y ¡oles! ardientes
al que ha cantado premia el cornillo:
porque la copla lleva a las frentes,
en su lenguaje puro y sencillo
la imagen viva de las ausentes
cuyo retrato guarda el hatillo.


Y aun no repuestos los campeones
de esta alegría que en sentimiento
tiene anegados los corazones
cuando quejosa como un lamento
de ha vihuela siempre a los sones,
salta otra copla que roba el viento:


Aquel base de mi madre me
dio miedo de la guerra,
y en la guerra soy valiente
por devolvérselo a ella


¡Amor de madre! Rico tesoro
que late dentro de las entrañas,
como en el centro de las montañas
oculto el oro:
al evocarte con voz dolida,
sienten los héroes como encendida
sobre su rostro la intensa huella
de aquellos besos de despedida
que da tan sólo la boca de ella.


En algún pecho brota un sollozo;
algunos ojos anubla el llanto;
y al advertirlo sagaz el mozo
de las cantares, por el quebranto
volver en gozo,
para la patria tiene este canto:


Que cuál patria era su patria
le preguntaron a Dios,
y sin pararse a pensarlo,
Él dijo que era español.


Estallan risas frescas y locas
de honda alegría;
gritan a un tiempo todas las bocas,
y amortiguando la algarabía
con su apostura serena y pía,
pasa una virgen de blancas tocas.


Lleva en sus ojos, dulces y bellos,
por el insomnio martirizados
de amor cristiano dulces destellos;
lleva sus dedos ensangrentados,
porque amorosos tocaron ellos
en las heridas de los soldados.


¡Amor de todos! Este as su emblema,
éste es su norte y éste su aliento,
y amando a todos viva el poema
de la ternura y el sufrimiento.


La mira el mozo, su ardor extrema,
y con el alma puesta en su acento,
canta esta copla, que luego el viento
lleva a más alta región suprema:


La caridad no pregunta
ni las nombres ni las tierras:
como la mar llama al río,
el llanto la llama a ella.


Canto de penas del mundo entero,
por generoso, por lastimero,
conmueve a todos... Noble y augusta
sigue la hermana por el sendero.


Y otro muchacho dice al coplero
con voz velada, pero robusta:
-Tengo una patria por la que muero,
tengo una novia que es un lucero,
tengo una madre cristiana y justa,
y, sin embargo, mi compañero,.
ése es el canto que yo prefiero,
¡ésa es la copla que más me gusta!


Serafín y Joaquin Alvarez Quintero

20 de febrero de 2019

AVATAR






I


Palidece el sol latino...
y un eco de angustia suena,
como en desierto que atruena
y levanta el torbellino.


Cierra el mar todo camino,
la ola se desencadena,
y la multitud condena
su origen y su destino.


Enmudece la plegaria,
penetra en el templo yerto
la onda revolucionaria...


¡Y, perdida en el desierto,
huye la Cruz solitaria,
buscando al glorioso muerto!


II


Con la tradición expira
la fe, como la inocencia,
y arde la ley con la ciencia
del sacrificio en la pira.


Todo bulle, todo gira,
todo busca otra existencia
y del alma en la honda esencia
algo se va que suspira.


¡Es Avatara que zumba!
¡Es el último gemido
del pueblo que abre su tumba!


Azotado y perseguido,
¿dónde irá que no sucumba,
el espíritu vencido?


III


La tormenta abrasadora
lleva el germen que difunde;
eterno, el sol que se hunde
lleva en sí la nueva aurora.


En la raza vencedora
la nuestra viva se infunde
y estará en cuanto fecunde
su alma regeneradora.


Logrado el feliz concierto,
se alzará sobre su ruina
el templo alegre y abierto...


¡Y, junto a la cruz divina,
resurgirá el pueblo muerto,
con Dios y su alma latina!


Jose De Diego

19 de febrero de 2019

LA DULZURA DEL ANGELUS






La dulzura del ángelus matinal y divino
que diluyen ingenuas campanas provinciales,
en un aire inocente a fuerza de rosales,
de plegaria, de ensueño de virgen y de trino


de ruiseñor, opuesto todo al rudo destino
que no cree en Dios... El áureo ovillo vespertino 
que la tarde devana tras opacos cristales
por tejer la inconsútil tela de nuestros males,


todos hechos de carne y aromados de vino... 
y esta atroz amargura de no gustar de nada,
de no saber adónde dirigir nuestra prora,


mientras el pobre esquife en la noche cerrada 
va en las hostiles olas huérfano de la aurora... 
(¡Oh suaves campanas entre la madrugada!)


Ruben Dario

18 de febrero de 2019

EL INSECTO


 De tus caderas a tus pies
 quiero hacer un largo viaje. 
Soy más pequeño
 que un insecto. 

Voy por estas colinas,  
son de color de avena,  
tienen delgadas huellas  
que sólo yo conozco,  
centímetros quemados, 
 pálidas perspectivas.   

Aquí hay una montaña. 

No saldré nunca de ella.
 Oh qué musgo gigante! 
Y un cráter, una rosa 
de fuego humedecido!   

Por tus piernas desciendo 
hilando una espiral 
o durmiendo en el viaje 
y llego a tus rodillas 
de redonda dureza 
 como a las cimas duras  
de un claro continente.   

Hacia tus pies resbalo, 
 a las ocho aberturas  
de tus dedos agudos,  
lentos, peninsulares, 
 y de ellos al vacío  
de la sábana blanca  
caigo buscando ciego  
y hambriento tu contorno  
de vasija quemante!

Pablo Neruda

17 de febrero de 2019

EL BESO




Voy a contarte un cuento que otras saben.
Las menos como tú jamás supieron.
Era un juego de a dos pues se enfrentaban
un rey hermoso y una reina a besos.
Y érase que ella alegre se moría
como última tecla en cada beso.

Y él riendo tomaba con su boca
un poco de su lengua y de su aliento.
Pasó el verano bajo el puente chino,
sopló el otoño y garuó el invierno,
volvió la primavera y se marchó
detrás de un par de niños aquel juego.

Y érase esa mujer que aún lo amaba,
y moría de pena, pero en serio.
Y érase la tristeza en el ciprés
la hora en que llovía en ese reino.


Delfina Acosta

16 de febrero de 2019

DORA PANCHITA






A doña Panchita el sol
la hizo de carne trigueña.
El sol la hizo buena moza.
El sol la hizo buena hembra.


Le puso negro el cabello;
negras las pupilas negras;
le puso dulces los labios;
le puso dulce la lengua.


Dicen que dicen que doña Panchita
novia es del sol tropical que la besa.
Dicen que dicen que doña Panchita
siente que hierve la sangre en sus venas.


Dicen que dicen que doña Panchita
ha de pecar bajo el sol que la quema.
Dicen que dicen que si ella pecara
culpa seria del sol de su tierra.


Las flores perfuman.
Los pájaros vuelan.
Y doña Panchita
es hija de Eva.


Luis Llorens Torres

15 de febrero de 2019

LA LEYENDA DEL DORADO









Bajo el ardiente luminar del trópico,
como el hidalgo Caballero Andante,
jinete en ilusorio rocinante,
sueña don Ñuflo con un país utópico.


En la pupila azul de un lago hipnótico,
ve una ciudad de mármol relumbrante,
almenas de ónix, fuentes de brillante,
y aves canoras de plumaje exótico.


Ve al augusto Paitití en su palacio,
y a caimanes con ojos de esmeralda,
custodiando sus puertas de topacio.


Turba su mente el colosal tesoro.
y en los oleajes de la fronda gualda,
el sol incendia la Leyenda de Oro.


Javier del Granado

14 de febrero de 2019

EL AMOR



Qué tienes,
qué tenemos,
qué nos pasa?

Ay, nuestro amor 
es una cuerda dura  
que nos amarra hiriéndonos 
y si queremos  
salir de nuestra herida,  
separarnos,  
nos hace un nuevo nudo 
y nos condena a desangramos 
y quemarnos juntos.   

Qué tienes? 
Yo te miro y no hallo nada en ti
 sino dos ojos  como todos los ojos, 
una boca  perdida entre mil 
bocas que besé, más hermosas,  
un cuerpo igual a los que resbalaron  
bajo mi cuerpo sin dejar memoria.   

Y qué vacía por el mundo ibas  
como una jarra de color de trigo  
sin aire, sin sonido, sin substancia!  

Yo busqué en vano en ti  
profundidad para mis brazos 
que excavan, sin cesar, bajo la tierra: 
bajo tu piel, bajo tus ojos  nada,  
bajo tu doble pecho levantado  
apenas  una corriente de orden cristalino  
que no sabe por qué corre cantando.  

Por qué, por qué, por qué,  
amor mío, por qué?   



Pablo Neruda

13 de febrero de 2019

TORRE DE MARFIL









Perdí tu amor y tu belleza,
pasó el encanto juvenil,
¡y me quedé con mi tristeza
en esta Torre de Marfil...


Guardan el puente dos leones
desde su altivo pedestal
y la portada seis dragones
y una serpiente colosal...


Con la templanza de los viejos
monjes ascetas, vivo lejos
de lo mundano y de lo vil,


sin más insignia de nobleza,
que mi bandera de Tristeza,
sobre mi Torre de Marfil...

Ruben C. Navarro


12 de febrero de 2019

FRUTA PROHIBIDA






(Para la amada de fuego)


Era la noche plétora de un delirio chispeante,
era una indiferencia sonámbula y fragante:
la muda indiferencia de los astros, despiertos
como un diluvio de ojos parpadeantes y abiertos.


Era un vaho de perfume de hembra en los jardines,
bajo la enredadera de los blancos jazmines;
y aquellas, las estrellas, nos miraban temblando;
y vino el paraíso de anhelos suspirando;


y vino aquel deseo de la mujer primera,
y tembló sorprendida la casta enredadera;
y en el febril incendio de nuestra edad temprana,


tú deshecha en querellas, yo en el amor ardiente,
probamos los dulzores de la roja manzana,
y vimos como alegre silbaba la serpiente. .


Luis Pales Matos