CafePoetas es un Blog sin animo de lucro donde se rinde homenaje a poetas de ayer, hoy y siempre.

30 de julio de 2018

AMOR ..






Baja del cielo la endiablada punta 
con que carne mortal hieres y engañas.
 Untada viene de divinas mañas 
y cielo y tierra su veneno junta.

La sangre de hombre que en la herida apunta 
florece en selvas: sus crecidas cañas 
de sombras de oro, hienden las entrañas 
del cielo prieto, y su ascender pregunta.

En un vano aguardar de la respuesta
 las cañas doblan la empinada testa. 
Flamea el cielo sus azules gasas.

Vientos negros, detrás de los cristales
 de las estrellas, mueven grandes asas 
de mundos muertos, por sus arrabales.

Alfonsina Storni

29 de julio de 2018

A OTRO POR OTRO TANTO









Vuestras copias recibí,
Y es cierto que, si no fuera
Porque no digáis de mí
Que de envidia no las vi,
De asco no las leyera.



Y porque daros razón
De los yerros que llevaban
Era daros más pasión,
No os digo sino que son
Cuales de vos se esperaban.

Cristobal Castillejo

28 de julio de 2018

ENTRE EL DOLOR Y EL PLACER MEDIAN TRES CRIATURAS







Entre el dolor y el placer median tres criaturas,
de las cuales la una mira a un muro,
la segunda usa de ánimo triste
y la tercera avanza de puntillas;
pero, entre tú y yo,
sólo existen segundas criaturas.
Apoyándose en mi frente, el día
conviene en que, de veras,
hay mucho de exacto en el espacio;
pero, si la dicha, que, al fin, tiene un tamaño,
principia ¡ay! por mi boca,
¿quién me preguntará por mi palabra?




Al sentido instantáneo de la eternidad
corresponde
este encuentro investido de hilo negro,
pero a tu despedida temporal,
tan sólo corresponde lo inmutable,
tu criatura, el alma, mi palabra.



(Poemas humanos, París, 1939)

Cesar Vallejo

27 de julio de 2018

INDOLENCIA


A pesar de mí misma te amo; eres tan vano  
como hermoso, y me dice, vigilante, el orgullo:  
«¿Para esto elegías? Gusto bajo es el tuyo; 
 no te vendas a nada, ni a un perfil de romano»

Y me dicta el deseo, tenebroso y pagano,  
de abrirte un ancho tajo por donde tu murmullo  
vital fuera colado... Sólo muerto mi arrullo  
más dulce te envolviera, buscando boca y mano.

—¿Salomé rediviva? —Son más pobres mis gestos.  
Ya para cosas trágicas malos tiempos son éstos. 
 Yo soy la que incompleta vive siempre su vida.

Pues no pierde su línea por una fiesta griega  
y al acaso indeciso, ondulante, se pliega  
con los ojos lejanos y el alma distraída.

Alfonsina Storni


26 de julio de 2018

HACIA OTRA LUZ

 


A Ruth y Carlos Bousoño

El otoño se enciende ante mi puerta
como un manso misterio
invocando cegantes lejanías.

Yo reconozco en él lo que no ha sido.
Es casi una pasión transfigurándose
en la móvil frontera de las cosas.
Es un vencido mar que baja al polvo.
En su dormida voz
se agita el tenso límite
de la piedra y la luz

El otoño nos deja la pureza,
nos salva del dolor por milagro.
Arde su luz en nuestra voz incierta
y vence sin herir, sin corromper,
transmutando los sueños
como un espejo de infinita calma
en donde nos miramos reflejados
en otra eternidad.


Laureano Alban

25 de julio de 2018

LA VELADA






La cena ha terminado: legumbres, pan moreno
y uvas aún lujosas de virginal rocío...
Rezaron ya. La Luna nieva un candor sereno
y el lago se recoge con lácteo escalofrío.


El anciano ha concluido un episodio ameno
y el grupo desanúdase con un placer cabrío...
Entre tanto, allá fuera, en un silencio bueno,
los campos demacrados encanecen de frío.


Lux canta. Lidé corre. Palemón anda en zancos.
Todos ríen... La abuela demándales sosiego.
Anfión, el perro, inclina, junto al anciano ciego,


ojos de lazarillo, familiares y francos...
Y al son de las castañas que saltan en el fuego
palpitan al unísono sus corazones blancos.


Julio Herrera y Reissig

24 de julio de 2018

EL SUEÑO


 Andando en las arenas  
yo decidí dejarte.   
Pisaba un barro oscuro  
que temblaba,  
y hundiéndome y saliendo  
decidí que salieras  
de mí, que me pesabas  
como piedra cortante,  
y elaboré tu pérdida  
paso a paso: cortarte las raíces,  
soltarte sola al viento. 

Ay, en ese minuto,  
corazón mío, un sueño  
con sus alas terribles  te cubría.   

Te sentías tragada por el barro, 
 y me llamabas y yo no acudía, 
 te ibas, inmóvil, sin defenderte 
hasta ahogarte en la boca de arena.   

Después mi decisión se encontró con tu sueño,  
y desde la ruptura que nos quebraba el alma, 
 surgimos limpios otra vez, desnudos,  
amándonos sin sueño, sin arena,  
completos y radiantes, 
 sellados por el fuego. 

    
Pablo Neruda

23 de julio de 2018

EN EL INTERIOR DEL CIELO






Sólo allá en el interior del cielo
Tú inventas tu palabra,
¡Dador de la vida!
¿Qué determinarás?
¿Tendrás fastidio aquí?
¿Ocultarás tu fama y tu gloria en la tierra?
¿Qué determinarás?
Nadie puede ser amigo
Del Dador de la vida…
Amigos, águilas, tigres,
¿a dónde en verdad iremos?
Mal hacemos las cosas, oh amigo.
Por ello no así te aflijas,
Eso nos enferma, nos causa la muerte.
Esforzáos, todos tendremos que ir
A la región del misterio.



Nezahualcoyotl

22 de julio de 2018

REVENAR






Después de haber bebido
el trago largo, espeso, de la furia.
Cuando la mano acepta su destino
de empuñadura de los sueños solos.
Y se alcanza la inútil y vidente
beatitud del mar.

Cuando se entiende
la voluntad total de la mañana.
Y la luz agotada
de las lámparas ciegas de la tarde
nos arrastra, deslumbra y precipita
hacia las consecuencias últimas del llanto.
Es preciso vencer,
ganarle la partida al vínculo perenne
del alma con la muerte.
Restañar los clamores
heridos del recuerdo,
sin más propósito
que el de permanecer
ardiendo, ardiendo.


Laureano Alban

21 de julio de 2018

EL AMOR DEL SOLDADO



 En plena guerra te llevó la vida  
a ser el amor del soldado.   
Con tu pobre vestido de seda,  
tus uñas de piedra falsa,  
te tocó caminar por el fuego.   

Ven acá, vagabunda,  
ven a beber sobre mi pecho  
rojo rocío.  

 No querías saber dónde andabas,  
eras la compañera de baile,  
no tenías partido ni patria.   

Y ahora a mi lado caminando 
ves que conmigo va la vida
 y que detrás está la muerte.   
Ya no puedes volver a bailar  
con tu traje de seda en la sala.   

Te vas a romper los zapatos, 
 pero vas a crecer en la marcha.   

Tienes que andar sobre las espinas  
dejando gotitas de sangre.
  Bésame de nuevo, querida. 
Limpia ese fusil, camarada. 

  
Pablo Neruda

20 de julio de 2018

TAL VEZ NO ERA PENSAR



Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.

Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.

Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.

Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.

Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.

Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente...

Idea Vilariño

19 de julio de 2018

LA VIOLETA



Hay belleza en el lirio inmaculado
De majestad emblema,
Hay belleza en el cáliz nacarino
De la blanca azucena,
Hay belleza en la rosa purpurina
Y en el albo reseda,
Hay belleza en la nítida corola
De la nívea camelia,
Hay belleza en el pálido junquillo
Y en la suave diamela,
Hay belleza en el triste pensamiento

Y no hay flor en la cual no haya belleza,
Pero hay una que es flor entre las flores
Con ser la más modesta,
Una flor de fragancia incomparable,
Delicada y pequeña,
Una flor que en un lecho de esmeraldas
Oculta su belleza,
Una flor que un encanto misterioso
En su cáliz encierra,
Un encanto ideal, indefinible,
Que no hay flor que contenga,
Una flor para mí como ninguna,
Una flor que se llama ¡la violeta!

Delmira Agustini

18 de julio de 2018

NADA SOBRE NADA







Poesía leída en la velada literaria
que celebró la Sociedad "El Porvenir"
la noche del 3 de mayo de 1873.


Pues, señor, dije yo, ya que es preciso
puesto que asi lo han dicho en el programa,
que rompa ya la bendecida prosa
que preparado para el caso había,
y que escriba en vez de ella alguna cosa
asi, que parezca poesía,
pongámonos al punto,
ya que es forzoso y necesario, en obra,
sin preocuparnos mucho del asunto,
porque al fin el asunto es lo que sobra.


Así dije, y tomando
no el arpa ni la lira
que la lira y el arpa
no pasan hoy de ser una mentira,
sino una pluma de ave
con la que escribo yo generalmente
violenté las arrugas de mi frente
hasta ponerla cejijunta y grave
y pensando en mi novia, en la adorada
por quien suspiro y lloro sin sosiego,
mojé mi pluma en el tintero, y luego
puse ocho letras: "A mi amada."


Su retrato, un retrato
firmado por Valleto y compañía,
se alzaba junto a mi plácido y grato,
mostrándome las gracias y recato
que tanto adornan a la amada mía;
y como el verlo sólo
basta para que mi alma se emocione,
que Apolo me perdone
si, dije aqui que me sentí un Apolo.


Ella no es una rosa
ni un ser ideal, ni cosa que lo valga;
pero en verso o en prosa
no seré yo el estúpido que salga
con que mi novia es fea,
cuando puedo decir que es muy hermosa
por más que ni ella misma me lo crea;
así es que en mi pintura
hecha en rasgos por cierto no muy fieles,
aumenté de tal modo su hermosura
que casi resultaba una figura
digna de ser pintada por Apeles.


Después de dibujarla como he dicho,
faltando a la verdad por el capricho,
iba yo a colocar el fondo negro
de su alma inexorable y desdeñosa,
cuando al hacerlo me ocurrió una cosa
que hundió mi plan, y de lo cual me alegro;
porque, en último caso,
como pensaba yo entre las paredes
de mi cuarto sombrío,
¿qué les importa a ustedes
que mi amada me niegue sus mercedes,
ni que yo tenga el corazón vacío?
Si mi vida vegeta en la tristeza
y el yugo del dolor ya no soporta,
caeré de referirlo en la simpleza
para que alguien me diga en su franqueza:
¡"¿si viera usted que a mi nada me importa?..."!


No, de seguro, que antes
prefiero verme loco por tres días,
que imitar a ese eterno Jeremías
que se llama el señor de Cervantes.


Y convencido de esto,
ya que era conveniente y necesario,
borré el título puesto,
y buscando a mi lira otro pretexto
escrbí este otro título: El Santuario.


¡El santuario!... exclamé; pero y ¿qué cosa
puedo decir de nuevo sobre el caso,
cuando en cada volumen de poesías,
en versos unos malos y otros buenos,
sobre templos, santuarios y abadías?
Para entonar sobre esto mis cantares,
a mas de que el asunto vale poco,
¿Qué entiendo yo de claustros ni de altares,
ni qué se yo de sacristán tampoco?


No, en la naturaleza
hay asuntos mas dignos y mejores,
y mas llenos de encantos y de belleza,
y que he de escribir, haré una pieza
que se llame: Los prados y las flores.


Hablaré de la incauta mariposa
que en incesante y atrevido vuelo,
ya abandona el cielo por la rosa;
ya abandona la rosa por el cielo,
del insecto pintado y sorprendente
que de esconderse entre las hierbas trata,
y de el ave inocente que lo mata,
lo cual prueba que no es tan inocente;
hablaré... pero y luego que haya hablado
sacando a luz el boquirrubio Febo,
me pregunto, señor, ¿qué habré ganado,
si al hacerlo no digo nada nuevo?...


Con que si esto tampoco es un asunto
digno de preocuparme una sola hora,
dejemos sus inútiles detalles,
ya que no hay ni un señor ni una señora
que no sepa muy bien lo que es la aurora
y lo que son las flores y los valles...
Coloquemos a un lado estas materias
que valen tan poco para el caso,
y pues esto se ofrece a cada paso
hablemos de la vida y sus miserias.


Empezaré diciendo desde luego,
que no hay virtud, creencias ni ilusiones;
que en criminal y estúpido sosiego
ya no late la fe en los corazones;
que el hombre imbécil, a la gloria ciego,
sólo piensa en el oro y los doblones,
y concluiré en estilo gemebundo:
¡Que haya un cadáver mas que importa al mundo!


Y me puse a escribir, y asi en efecto,
lo hice en ciento cincuenta octavas reales,
cuyo único defecto,
como se ve por lo que dicho queda,
era que en vez de ser originales
no pasaba de un plagio de Espronceda.
Como era fuerza, las rompí en el acto
desesperado de mi triste suerte,
viendo por fin que en esto de poesía
no hay un solo argumento ni una idea
que no peque de fútil, o no sea
tan vieja como el pan de cada día.


En situación tan triste
y estando la hora ya tan avanzada,
¿qué hago, dije yo, para salvarme
de este grave y horrible compromiso,
cuando ningún asunto puede darme
ni siquiera un adarme
de novedad, de encanto, o de un hechizo?
¿Hablaré de la guerra y de la gente
que enardecida de las cumbres baja
desafiando al contrario frente a frente,
y habré de convertirme en un valiente
yo que nunca he empuñado una navaja?
No, señor, aunque estudio medicina
y pertenezco a esa importante clase
que no hay pueblo y lugar en donde no pase
por ser la mas horrible y asesina,
aparte de que en esto hay poco cierto,
como lo prueba y mucho la experiencia,
yo, a lo menos hasta hoy, me hallo a cubierto
de que se alce la sombra de algún muerto
a turbar la quietud de mi conciencia.


Sobre los libros santos, se podría
con meditar y con plagiar un poco,
arreglar o escribir una poesía;
pero ni esto es muy fácil en un día
ni para hablar sobre esto estoy tampoco;
porque en fiestas como esta
donde el saber está en su templo,
salir con el Diluvio, por ejemplo,
fuera casi querer aguar la fiesta;
y como yo no quiero que se diga
que he venido a tal cosa,
ya que en mi numen agotado me hallo
el asunto y el plan a que yo aspiro
rompo mi humilde cítara, me callo,
y con perdón de ustedes me retiro.

Manuel Acuña

17 de julio de 2018

EL REGRESO







La tierra ofrece el ósculo de un saludo paterno
Pasta un mulo la hierba mísera del camino
y la montaña luce, al tardo sol de invierno,
como una vieja aldeana, su delantal de lino.


Un cielo bondadoso y un céfiro tierno...
La zagala descansa de codos bajo el pino,
y densos los ganados, con paso paulatino,
acuden a la música sacerdotal del cuerno.


Trayendo sobre el hombro leña para la cena,
el pastor, cuya ausencia no dura más de un día,
camina lentamente rumbo de la alquería.


Al verlo la familia le da la enhorabuena...
Mientras el perro, en ímpetus de lealtad amena,
describe coleando círculos de alegría.

Julio Herrera y Reissig






16 de julio de 2018

DONES






Mi padre fue muy bueno: me donó su alegría
ingenua; su ironía
amable: su risueño y apacible candor.
¡Gran ofrenda la suya! Pero tú, madre mía,
tú me hiciste el regalo de tu suave dolor.


Tú pusiste en mi alma la enfermiza ternura,
el anhelo nervioso e incansable de amar;
las recónditas ansias de creer; la dulzura
de sentir la belleza de la vida, y soñar.


Del ósculo fecundo que se dieron dos seres
-el gozoso y el triste- en una hora de amor,
nació mi alma inarmónica; pero tú, madre, eres
quien me ha dado el secreto de la paz interior.


A merced de los vientos, como una barca rota
va, doliente, el espíritu; desesperado, no.
La placidez alegre poco a poco se agota;
mas sobre la sonrisa que me dio el padre, brota
de mis ojos la lágrima que la madre me dio.


Luis G. Urbina

15 de julio de 2018

PAZ









Vamos hacia los árboles... el sueño
Se hará en nosotros por virtud celeste.

Vamos hacia los árboles; la noche
Nos será blanda, la tristeza leve.

Vamos hacia los árboles, el alma
Adormecida de perfume agreste.

Pero calla, no hables, sé piadoso;
No despiertes los pájaros que duermen

Alfonsina Storni