CafePoetas es un Blog sin animo de lucro donde se rinde homenaje a poetas de ayer, hoy y siempre.

31 de julio de 2012

ANTE LA AUSENCIA


Divino dueño mío,
si al tiempo de partirme
tiene mi amante pecho
alientos de quejarse,
oye mis penas, mira mis males.

Aliéntese el dolor,
si puede lamentarse,
y a la vista de perderte
mi corazón exhale
llanto a la tierra, quejas al aire.

Apenas tus favores
quisieron coronarme,
dichoso más que todos,
felices como nadie,
cuando los gustos fueron pesares.

Sin duda el ser dichoso
es la culpa más grave,
pues mi fortuna adversa
dispone que la pague
con que a mis ojos tus luces falten,

¡Ay, dura ley de ausencia!
¿quién podrá derogarte,
si a donde yo no quiero
me llevas, sin llevarme,
con alma muerta, vivo cadáver?

¿Será de tus favores
sólo el corazón cárcel
por ser aun el silencio
si quiero que los guarde,
custodio indigno, sigilo frágil?

Y puesto que me ausento,
por el último vale
te prometo rendido
mi amor y fe constante,
siempre quererte, nunca olvidarte.

Sor Juana Ines de la Cruz

28 de julio de 2012

APELACION AL SOLITARIO


Es necesario, a veces, encontrar compañía.

Amigo, no es posible ni nacer ni morir
sino con otro. Es bueno
que la amistad le quite
al trabajo esa cara de castigo
y a la alegría ese aire ilícito de robo.

¿Cómo podrás estar solo a la hora
completa, en que las cosas y tú hablan y hablan,
hasta el amanecer?

Rosario Castellanos

25 de julio de 2012

POEMA 10


Hemos perdido aun este crepúsculo.
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
mientras la noche azul caía sobre el mundo.

He visto desde mi ventana
la fiesta del poniente en los cerros lejanos.

A veces como una moneda
se encendía un pedazo de sol entre mis manos.

Yo te recordaba con el alma apretada
de esa tristeza que tú me conoces.

Entonces, dónde estabas?
Entre qué gentes?
Diciendo qué palabras?
Por qué se me vendrá todo el amor de golpe
cuando me siento triste, y te siento lejana?

Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo,
y como un perro herido rodó a mis pies mi capa.

Siempre, siempre te alejas en las tardes
hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.

Pablo Neruda

22 de julio de 2012

EL AVE Y EL NIDO

¿Por qué te asustas, ave sencilla?
¿Por qué tus ojos fijas en mí?
Yo no pretendo, pobre avecilla,
llevar tu nido lejos de aquí.

Aquí, en el hueco de piedra dura,
tranquila y sola te vi al pasar,
y traigo flores de la llanura
para que adornes tu libre hogar.

Pero me miras y te estremeces,
y el ala bates con inquietud,
y te adelantas, resuelta, a veces,
con amorosa solicitud.

Porque no sabes hasta qué grado
yo la inocencia sé respetar,
que es, para el alma tierna, sagrado
de tus amores el libre hogar.

¡Pobre avecilla! Vuelve a tu nido
mientras del prado me alejo yo;
en él mi mano lecho mullido
de hojas y flores te preparó.

Mas si tu tierna prole futura
en duro lecho miro al pasar,
con flores y hojas de la llanura
deja que adorne tu libre hogar.

Salome Ureña de Henríquez

19 de julio de 2012

TAPERA


En la oriyita de un camino muerto
po'el que no crusa ya ni un alma en pena,
más solita que crus en tumba'e pobre
te consumís, tapera,
rumiando tus memorias niblinosas
mientras carcome'l tiempo tu osamenta.

Los vientos aburridos s'entretienen
en desmechar tu quincha'e paja seca,
y encuadriyaos con el abrojo grande
y el yuyo colorao -qu'es pior que lepra-,
ortigales machasos
de tu vejés ya van tomando cuenta.

Por los rombones que te ha abierto'l'agua
meten tuitas las noches su alma negra,
enseñando el camino a las babosas,
que también e la entraña se te cuelan,
y a cuanta chamuchina
anda po'el campo en busca'e madriguera.

Y al ñudo se proponen alegrarte,
armando un bail'e lus en tu cumbrera,
esos soles güenasos,
que hasta en el lomo'e los inviernos yegan
a calentarle'l cuero al pobrerío
sin poncho no fogón, que por ahí pena.

Por tu tirante acarunchao, cacunda,
por tus cáidas tijeras,
por los terrones que se te amojosan
bordaos de telas de arañas secas,
anda tuavía el ricuerdo de las vidas
que anidaron un tiempo en tu pobresa.

Y en vano preguntás al bicherío
qu'en tu suelo pastudo ha hecho querencia,
qué jué del par de viejos,
de los gurises y la mosa aqueya,
que un crudo invierno, en el carrito enclenque,
repuntó pal camino la miseria.

Serafin J. Garcia

15 de julio de 2012

LA CASA DEL SAURIO

(A María Buschenthal)


Del agrio risco solitaria dueña,
la diestra armada del arpón luciente,
ved a la hermosa indiana adolescente
tendida al borde de tajada breña.

La verdosa cerviz no bien enseña
cauteloso lagarto, diligente
le asesta el golpe, y, trémula, lo siente
forcejear, clavado ya en la peña.

Del monstruo herido, que tenaz porfía,
tiembla entonces la pérfida agresora,
y bárbara, acelera su agonía...

Remátalo por fin, pero en mal hora;
que, al ver el cuadro de su hazaña impía,
tiembla de nuevo, se arrepiente... y llora.

Pedro Antonio de Alarcon

12 de julio de 2012

ROSA GNOSTICA


Nada será que no haya sido antes.
Nada será para no ser mañana.
Eternidad son todos los instantes,
que mide el grano que el reloj desgrana.

Eternidad la gracia de la rosa,
y la alondra primera que abre el día,
y la oruga, y su flor la mariposa.
¡Eterna en culpa la conciencia mía!

Al borde del camino, recostado
como gusano que germina en lodo,
siento la negra angustia del pecado,
con la divina aspiración al Todo.

El gnóstico misterio está presente
en el quieto volar de la paloma,
y el pecado del mundo en la serpiente
que muerde el pie del Ángel que la doma.

Sobre la eterna noche del pasado
se abre la eterna noche del mañana.
¡Cada hora, una larva del pecado!
¡Y el símbolo la sierpe y la manzana!

Guarda el Tiempo el enigma de las Formas,
como un dragón sobre los mundos vela,
y el Todo y la Unidad, supremas normas,
tejen el infinito de su estela.

Nada apaga el hervor de los crisoles,
en su fondo, sellada está la eterna
Idea de Platón. Lejanos soles un día
encenderán nuestra caverna.

Mientras hilan las Parcas mi mortaja,
una cruz de ceniza hago en la frente.
El tiempo es la carcoma que trabaja
por Satanás. ¡Y Dios es el Presente!

¡Todo es Eternidad! ¡Todo fue antes!
¡Y todo lo que es hoy será después,
en el Instante que abre los instantes,
y el hoyo de la muerte a nuestros pies!

Ramon Maria del Valle Inclan

9 de julio de 2012

EL VIENTO

Se ha de ver en tus manos el viento,
anclado en tus dedos,
alzarse y prenderte.
De llama en tu pelo
crepúsculo ,
se enrosca a mi cuerpo
y se yergue
hecho cinta y reflejo,
de cobre en tus ojos,
de carne en mis dedos.

Si te das al viento
date toda hecha
viento contra viento,
y tómame en él
y viérteme el cuerpo,
antes que mi frente,
tú y el viento lejos,
sea sólo roce,
memoria del viento.

Vicente Aleixandre

6 de julio de 2012

AYES DEL DESTIERRO

¡Cuán triste es, Dios mío,
la vida sin ti!
Ansiosa de verte,
deseo morir.

Carrera muy larga
es la de este suelo,
morada penosa,
muy duro destierro.
¡Oh sueño adorado!
sácame de aquí!
Ansiosa de verte,
deseo morir.

Lúgubre es la vida,
amarga en extremo;
que no vive el alma
que está de ti lejos.
¡Oh dulce bien mío,
que soy infeliz!
Ansiosa de verte,
deseo morir.

¡Oh muerte benigna,
socorre mis penas!
Tus golpes son dulces,
que el alma libertan.
¡Qué dicha, oh mi Amado,
estar junto a Ti!
Ansiosa de verte,
deseo morir.

El amor mundano
apega a esta vida;
el amor divino
por la otra suspira.
Sin ti, Dios eterno,
¿quién puede vivir?
Ansiosa de verte,
deseo morir.

La vida terrena
es continuo duelo:
vida verdadera
la hay sólo en el cielo.
Permite, Dios mío,
que viva yo allí.
Ansiosa de verte,
deseo morir.

¿Quién es el que teme
la muerte del cuerpo,
si con ella logra
un placer inmenso?
¡Oh! sí, el de amarte,
Dios mío, sin fin.
Ansiosa de verte,
deseo morir.

Mi alma afligida
gime y desfallece.
¡Ay! ¿quién de su amado
puede estar ausente?
Acabe ya, acabe
aqueste sufrir.
Ansiosa de verte,
deseo morir.

El barbo cogido
en doloso anzuelo
encuentra en la muerte
el fin del tormento.
¡Ay!, también yo sufro,
bien mío, sin ti,
Ansiosa de verte,
deseo morir.

En vano mi alma
te busca oh mi dueño;
Tú, siempre invisible,
no alivias su anhelo.
¡Ay! esto la inflama,
hasta prorrumpir:
Ansiosa de verte,
deseo morir.

¡Ay!, cuando te dignas
Entrar en mi pecho,
Dios mío, al instante
el perderte temo.
Tal pena me aflige
y me hace decir:
Ansiosa de verte,
deseo morir.

Haz, Señor, que acabe
tan larga agonía;
socorre a tu sierva
que por ti suspira.
Rompe aquestos hierros
y sea feliz.
Ansiosa de verte,
deseo morir.

Mas no, dueño amado,
que es justo padezca;
que expíe mis yerros,
mis culpas inmensas.
¡Ay!, logren mis lágrimas
te dignes oír:
Ansiosa de verte,
deseo morir.

Santa Teresa de Jesus

3 de julio de 2012

SON 16


Yoruba soy, lloro en yoruba
lucumí.
Como soy un yoruba de Cuba,
quiero que hasta Cuba suba mi llanto yoruba;
que suba el alegre llanto yoruba
que sale de mí.

Yoruba soy,
cantando voy,
llorando estoy,
y cuando no soy yoruba,
soy congo, mandinga, carabalí.
Atiendan amigos, mi son, que empieza así:

Adivinanza
de la esperanza:
lo mío es tuyo
lo tuyo es mío;
toda la sangre
formando un río.

La ceiba ceiba con su penacho;
el padre padre con su muchacho;
la jicotea en su carapacho.

¡Que rompa el son caliente,
y que lo baile la gente,
pecho con pecho,
vaso con vaso,
y agua con agua con aguardiente!

Yoruba soy, soy lucumí,
mandinga, congo, carabalí.
Atiendan, amigos, mi son, que sigue así:

Estamos juntos desde muy lejos,
jóvenes, viejos,
negros y blancos, todo mezclado;
uno mandando y otro mandado,
todo mezclado;
San Berenito y otro mandado,
todo mezclado;
negros y blancos desde muy lejos,
todo mezclado;
Santa María y uno mandado,
todo mezclado;
todo mezclado, Santa María,
San Berenito, todo mezclado,
todo mezclado, San Berenito,
San Berenito, Santa María,
Santa María, San Berenito
todo mezclado!

Yoruba soy, soy lucumí,
mandinga, congo, carabalí.
Atiendan, amigos, mi son, que acaba así:

Salga el mulato,
suelte el zapato,
díganle al blanco que no se va:
de aquí no hay nadie que se separe;
mire y no pare,
oiga y no pare,
beba y no pare,
viva y no pare,
que el son de todos no va a parar!

Nicolas Guillen